Erstellt von Lourdes Torres
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Son unidades lingüísticas invariables que: guían la interpretación de las unidades con significado representacional guían las inferencias de los textos de modo potencialmente diferente no guían “externamente” la información (como, por ejemplo, la puntuación), sino que ellas mismas constituyen información, es decir, su presencia/ausencia parece intervenir directamente en el coste de procesamiento de los textos. restringen de forma determinante los cómputos que realiza la mente intervienen directamente, por su significado “codificado”, en lo dicho (en la explicatura) tienen como función “marcar” el procesamiento de la información. presentan una gran versatilidad posicional no ejercen una función sintáctica en el marco de la predicación oracional –son elementos “marginales”– que poseen un cometido en el discurso, el de guiar, de acuerdo con sus propiedades morfosintácticas, semánticas y pragmáticas, las inferencias que se realizan en la comunicación (cfr. Martín Zorraquino, Portolés 1999: 4057). son índices intencionales, no unidades “obligatorias”, que facilitan la comprensión son una clase funcional y su ámbito operacional es semántico-pragmático. como categoría funcional, son unidades determinantes en los procesos de comprensión textual. actúan como marcas o guías explícitas de las inferencias, facilitan la comprensión y, dado su alcance estructural del nivel último de lo comunicado, restringen los cómputos inferenciales (la “forma” de la comprensión del texto). distribuyen la información presente en el texto y además son ellas mismas información y, en este sentido, el volumen de contenido que hay que procesar es mayor; de ahí que los costes de procesamiento resulten también considerablemente más altos. son el resultado de un proceso de gramaticalización
Para determinar el coste de procesamiento de las partículas discursivas es fundamental distinguir el tipo de información que aportan en el discurso según sus propiedades semánticas, gramaticales y pragmáticas.Aunque las partículas discursivas tienen diferentes funciones que dan lugar a categorías diversas, todas ellas tienen en común varias características fundamentales: su significado procedimental (en mayor o menor grado), su papel de guías de las inferencias y, en muchos casos, su papel de organizadores de la estructura discursiva.Cuando se usan hacen explícitas relaciones de distinto tipo en la estructura del texto: unas modifican sintácticamente un constituyente oracional (hasta, incluso o ni siquiera) otras conectan en el ámbito supraoracional distintas unidades de la organización estructural, informativa, formulativa o argumentativa de lo dicho (es decir o en consecuencia) otras, como los operadores discursivos, condicionan la interpretación del miembro del discurso sobre el que inciden (al fin y al cabo o a decir verdad). Para caracterizar las partículas discursivas suele recurrirse a la noción de polifuncionalidad, entendida como la capacidad de estas unidades para asumir más de una función en el discurso en que aparecen. Se distinguen dos tipos de polifuncionalidad: una paradigmática, que hace referencia a los diferentes valores que una misma partícula discursiva puede asumir en distintos textos dependiendo de su posición, su entonación... otra sintagmática, cuando es posible advertir diversos valores funcionales de una partícula discursiva en una única ocurrencia. Los procesos deductivos que pone en marcha la partícula discursiva no son fácilmente accesibles sin ella, pues los esquemas de conceptos no se pueden reconstruir pragmáticamente sin (mucho) esfuerzo, de modo que es la presencia/ausencia de la partícula discursiva la que condiciona la representación mental y el coste del procesamiento de la información.Las partículas discursivas son una clase de palabras que escapa a la distinción simple entre palabras funcionales y palabras llenas. Pese a ser en sentido estricto “funcionales”, o para ser más exactos, por su significado eminentemente procedimental, se trata de unidades que registran un porcentaje alto de fijaciones. Las partículas discursivas reciben un promedio de fijaciones igual o superior a las "palabras llenas”, lo que habla de su importancia para la construcción de la representación del discurso y para su procesamiento.
Desde los estudios de Blakemore (por ejemplo, 1997: 95) se defiende la diferencia entre el significado procedimental y el significado representacional. El significado conceptual es la información léxica sobre el contenido proposicional de las representaciones mentales codificadas por los enunciados El significado procedimental es la información sobre cómo procesar ese significado conceptual y sobre cómo restringir las inferencias de las secuencias discursivas en las que aparecen El significado conceptual puede adaptarse al procedimental, pero no a la inversa.,El significado conceptual se adapta al contexto, el procedimental impone restricciones en el contexto.El significado de las partículas, eminentemente procedimental, es fundamental y no accesorio.El paso de un significado conceptual a uno procedimental, que a nuestro juicio caracteriza toda gramaticalización de las partículas discursivas, se suele caracterizar, por lo demás, como “debilitamiento semántico”, “empalidecimiento” o “desemantización”.
La alternativa se explicita / cuando la alternativa presenta la forma de un encadenamiento léxico (médicos, maestros, actores). Los resultados que se obtienen sirven indirectamente para comprobar cómo es la interacción de una instrucción semántica (el encadenamiento) con una instrucción procedimental (la partícula discursiva)
Se han estudiado las partículas discursivas diacrónicamente, observando sus procesos de gramaticalización. Si la definición más abarcadora y clásica de una gramaticalización señala que esta es la creación de nuevos elementos gramaticales o de otros aún más gramaticales (Traugott 1997), las partículas discursivas son una piedra de toque para la teoría, pues el prototipo de cambio que se da en ellas cumple e incumple simultáneamente principios tenidos como propios de la gramaticalización. Hay recategorización (1) y fijación sintagmática (2): (1) (v.) mirar, (sust.) hombre > (part.) mira, hombre (2) al parecer de > al parecer No hay pérdida de alcance estructural, pues las partículas discursivas pasan por lo general del nivel (sub)oracional al transfrástico. Al respecto de la evolución histórica (Pons Rodríguez 2010: 538-548) de estas formas, ya señalamos que los estudios que específicamente se han ocupado de este asunto han fluctuado entre considerar que la aparición de partículas discursivas es gramaticalización, pero un tipo de canal (cline) de gramaticalización nuevo, añadido a los ya considerados; una gramaticalización extraoracional; una gramaticalización ampliada que incluya a las subjetivizaciones; o bien, considerar que la creación de las partículas discursivas es muestra de un proceso de otra naturaleza que comúnmente es denominado pragmaticalización, basado en la adquisición de propiedades discursivas allá donde antes solo había propiedades gramaticales. Desde el punto de vista teórico, el concepto de pragmaticalización presenta un problema de base. La característica de desempeñar una función discursiva, desde el punto de vista sincrónico, o de adquirir funciones discursivas, desde el punto de vista diacrónico, puede extenderse a todas las unidades y construcciones lingüísticas, no solo a las partículas discursivas. La gramaticalización de las partículas discursivas representa un camino más complejo, por el que una unidad idiomática (sistemática) desciende al nivel del discurso (texto-unidad) y vuelve a reincorporarse al sistema de la lengua, pero no al lugar de su homófono preexistente, sino a otro nivel, al nivel del texto o el supraoracional (texto-nivel). (véase Óscar Loureda / Lola Pons Rodríguez, Sobre la creación de las partículas discursivas, p.8)
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