LA CADENA EPIDEMIOLOGICA Y SU IMPORTANCIA EN EL
ESTUDIO DE LAS ENFERMEDADES INFECCIOSAS
CADENA EPIDEMIOLOGÍCA
La cadena epidemiológica es un modelo práctico que permite reconocer cada uno de los eslabones que intervienen en el mecanismo de transmisión de una enfermedad, para identificar donde se puede actuar, aplicando medidas de prevención y control y de esta forma evitar su aparición.
PUERTA DE SALIDA:
VIAS DE TRANSMISIÓN
PUERTA DE ENTRADA
RESERVORIO Y FUENTE DE INFECCIÓN
AGENTE INFECCIOSO
Un agente infeccioso es todo ser vivo que favorece, desarrolla e inicia el proceso de infección. Entre ellos tenemos los siguientes:
Bacterias: Ejemplo: Estreptococos, Salmonellas, Clostridium tetani.
Virus: Ejemplo: Virus del sarampión, de la rabia, de la poliomielitis, fiebre amarilla, virus de Inmunodeficiencia Humana, etc.
Parásitos: Se agrupan en dos categorías: a) Microscópicos como los protozoarios. Ejemplo: la amiba, los tripanosomas, los plasmodios. b) Macroscópicos como los metazoarios. Ejemplo: Ascaris lumbricoides.
Rickettsias: Se transmiten por lo general por medio de un vector artrópodo. Ejemplo: el tifus.
Características más relevantes de los agentes infecciosos
a) Infectividad: es la capacidad que tiene un organismo de alojarse en un huésped susceptible, crecer y reproducirse en él, pudiendo o no causar daño o enfermedad
b) Patogenesidad: es la capacidad que tiene un agente de producir enfermedad en el huésped susceptible.
c) Virulencia: es la capacidad que tiene un agente infeccioso de producir daño severo o enfermedad grave.
d) Letalidad: es la capacidad del agente infeccioso de producir muerte.
e) Poder antigénico o inmunogenicidad: es la capacidad que presenta un agente infeccioso de provocar cierto grado de resistencia específica en el huésped que ha invadido
f) Mutación: es la característica que tienen algunos agentes causales vivos de cambiar o alterar algunas de sus propiedades y transmitirlas a sucesivas generaciones, conservando la especificidad.
Para que el desarrollo de la infección tenga lugar se necesita cinco factores esenciales:
1. Reservorio o fuente de infección (de donde procede el agente infeccioso).
2. Puerta de salida (sitio del reservorio por donde sale el agente).
3. Vía de transmisión del agente (desde el reservorio a un huésped potencial).
Reservorio: Es donde vive y se multiplica el agente etiológico, puede ser una persona, un animal, un artrópodo, una planta, el agua, una sustancia orgánica, etc. Es decir, el hábitat natural de un agente infeccioso.
Fuente de Infección: Es todo ser vivo, que alberga y disemina el agente infeccioso. Se considera así al elemento directamente infectante, desde el cual el agente infeccioso pasa a un nuevo huésped susceptible.
Reservorios humanos o Fuente de infección: pueden presentarse bajo la forma de:
1. Caso clínico
2. Caso subclínico
Transmisión Directa: el agente pasa de una persona a otra sin la intervención de objetos intermediarios. La transfusión sanguínea y la infección transplacentaria de la madre al feto y la lactancia, pueden ser vías importantes de transmisión.
Transmisión Indirecta: Es la transmisión de la infección sin la relación cercana entre el reservorio y el susceptible. Requiere: 1) que el organismo infectante sea capaz de sobrevivir cierto período de tiempo fuera del cuerpo, y 2) que exista algún vehículo mediante el cual pueda trasladarse de un organismo a otro.
Entre las formas de transmisión indirectas tenemos: a través de vehículos inanimados como agua, leche, alimentos, suelo, aire, polvo, fómites (objetos de uso personal de una fuente de infección como son los vasos, cubiertos, sabanas, etc.) y a través de vehículos animados como los vectores.
HUÉSPED SUSCEPTIBLE
Pueden ser: Permanente e Intermitente.
Dentro de las permanentes se tiene la RESPIRATORIA: Esta constituye una forma constante de eliminación de agentes, lo que hace imposible aplicar una medida que impida el proceso respiratorio por ser continuo y vital para el organismo. Está representado por la boca, nariz y garganta, conocidas como las vías respiratorias superiores.
Entre las puertas intermitentes se encuentran; INTESTINAL, URINARIA, MAMARIA, PIEL Y MUCOSAS.
Esta puerta son las más fáciles de controlar pues, se pueden aplicar medidas, el agente no se elimina contaminantes, y es menos peligroso.
Intestinal: Es intermitente ya que, las personas no se encuentran evacuando constantemente; además en las heces no siempre se encontrará el agente infeccioso. Es de fácil control mediante una buena disposición de excretas y de higiene personal.
Urinaria: Al igual que la intestinal es de fácil control con una adecuada disposición de excretas, un ejemplo de agente urinario es E. coli.
Mamaria: Es muy común en aquellas enfermedades virales, donde un lactante puede infectarse por la transmisión del agente a través de la leche materna.
Piel y mucosas: Lesiones abiertas de enfermedades infecciosas, un ejemplo la varicela. Los abscesos al drenaje en forma espontáneas, representan una puerta de piel.
Eliminación mecánica: En muchas ocasiones, el agente no es capaz de dejar la fuente de infección en forma espontánea, requiriendo en estos casos de un artificio, para lograr su salida, bien sea a través de heridas o a través de una picadura de un vector.
Se encuentran la puerta permanente e intermitente
Es aquel sitio del susceptible por donde penetra el agente infeccioso. Generalmente coincide con las mismas puertas de salida: respiratoria, digestiva (boca) urinaria, piel y mucosas (debe existir solución de continuidad). Es decir que la entrada puede producirse mediante ingestión, inhalación, inyección percutánea o a través de las mucosas o de la placenta.
La susceptibilidad dependerá de ciertas características del huésped como son:
Edad
Sexo
Grupo étnico
Herencia
Comportamientos culturales
Condiciones ambientales y geográficas
La nutrición, el equilibrio hormonal y la presencia de una enfermedad concurrente.
Inmunidad adquirida
Estos factores contribuyen a la susceptibilidad del huésped frente a la exposición a patógenos específicos y a la respuesta del huésped.