los dientes son muy susceptibles a la acción de agentes etiológicos, genéticos o ambientales, que pueden determinar alteraciones en su correcto desarrollo. Ello puede traducirse en alteraciones del número, tamaño, forma, color o estructura de los dientes. Al conjunto de entidades patológicas derivadas de trastornos en el desarrollo de los dientes le denominamos anomalías del desarrollo dentario o anomalías dentarias.
Se producen necesariamente en estadías muy tempranos del desarrollo dentario, durante la iniciación o la proliferación. La acción sobre la lámina dentaria o los gérmenes dentarios del agente causal puede dar lugar a un aumento o disminución del número de dientes. A una reducción del número de dientes le llamamos agenesia, y a un exceso, hipergenesia.
Es la ausencia total de dientes. Es excepcional, pues hay dientes, los caninos y los primeros molares, filogenéticamente muy estables, por lo que su agenesia es muy rara. Cuando se dan anodoncias totales o agenesias prácticamente totales (con persistencia de los caninos y primeros molares exclusivamente) debemos considerar la existencia de un síndrome que afecte a los anejos cutáneos, como la displasia ectodérmica anhidrótica.
se produce una pérdida de hasta 6 dientes en la arcada dentaria. Afecta a diferentes grupos dentarios, con predominio de los incisivos laterales superiores, segundos premolares y terceros molares.
Las hoipodoncias tienen un marcado patrón genético, y suelen repetirse la misma agenesia en diferentes individuos del mismo grupo familiar. En ocasiones, la agenesia no se manifiesta totalemten, debido a la diferente expresividad del gen causal, y en unos individuos del mismo grupo familiar pueden existir agenesias de un determinado diente, mientras en otros individuos del mismo grupo podemos encontrar microdoncias o dientes conoides.
reducción dentaria superior a 6 dientes. La podemos dividir en sectorial (los dientes ausentes corresponden a una misma zona de la arcada dentaria) o dispersa (pérdidas repartidas por todos los cuadrantes de la boca).
La oligodoncia puede darse en todos los grupos dentarios, pero es excepcional en los caninos y primeros molares,
. El diente donde se da con más frecuencia es el incisivo lateral superior, seguido por los terceros molares y segundos premolares
La reducción del número de dientes pueden obedecer a tres tipos de factores: .
1.Factores locales: ya sean de tipo traumático, vascular, trófico u obstructivo (por limitación de espacio), que actúan sobre la lámina dentaria en una determinada zona, e impiden su desarrollo.
2.Enfermedades generales: infecciosas, padecidas en el embarazo por la madre (rubéola) o durante la infancia, así como intoxicaciones o irradiaciones durante las fases del desarrollo embriológico de los gérmenes dentarios.
3.Factores genéticos: son la causa más frecuente de oligodoncias. En estos casos la anomalía suele formar parte de ciertos síndromes generales, y suele ir acompañada de otras anomalías dentarias, como son trastornos en el tamaño y forma de los dientes.
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Hipergenesia
número excesivo de dientes lo denominamos hipergenesia o hiperdoncia.
Las hipergenesias tienen una frecuencia que oscila entre el 0,5 y el 3%, con cierta variabilidad racial.
Se localizan con mayor frecuencia en el maxilar superior, especialmente a nivel de la línea media y cara distal de los molares.
Los dientes supernumerarios suelen ser únicos, pero también pueden ser múltiples. En este caso se suelen asociar a síndromes, tales como la displasia cleidocraneal o el síndrome de Gardner.
Las causas que conducen a la aparición de hipergenesia son fundamentalmente genéticas.
Su tratamiento es la exodoncia, salvo en los casos que los dientes supernumerarios se encuentran correctamente erupcionados y situados en la arcada, en los que pueden requerir simplemente tratamiento estético para darles una forma más adecuada.
Los dientes supernumerarios suelen ser únicos, aunque pueden ser múltiples, en estos casos formando parte de otros síndromes En ocasiones la hipergenesia acompaña a malformaciones que pueden originar trastornos en el desarrollo embriológico de la lámina dentaria, como el caso del labio leporino y del paladar hendido
Mesiodens. Se localiza entre los incisivos centrales superiores. Suele tratarse de un diente accesorio, ya que suele presentar forma anómala, cónica o en clavija. Frecuentemente da lugar a malposiciones o diastemas de los incisivos centrales. Puede quedar retenido, e incluso desplazarse al interior de la nariz, hablando en este caso de “dientes nasales”. En ocasiones hay más de un mesiodens en el mismo individuo. Tiene una cierto componente hereditario e incidencia familiar.
Peridens. Se localiza en la zona de los premolares, frecuentemente a nivel vestibular. Es más frecuente en la mandíbula. Pueden tener morfología normal o anómala.
Paramolar. Se localiza en cara vestibular o palatina de molares. Más frecuente entre primero y segundo molar. Puede fusionarse con un molar dando lugar al tubérculo paramolar.
Distomolar. Distal al tercer molar. Las anomalías en el tamaño de los dientes se originan en etapas más tardías del desarrollo embriológico que las anomalías de número, concretamente en la fase de morfodiferenciación. La anomalía de tamaño por defecto se denomina microdoncia, y por exceso macrodoncia.
La valoración de las anomalías en el tamaño de los dientes debe hacerse en relación con el tamaño de las estructuras óseas donde se implantan, ya que en ocasiones las desproporción entre ambos da lugar a un aparente trastorno del tamaño de los dientes cuando en realidad se trata de un trastorno en el tamaño de los maxilares: este hecho es frecuente si tenemos en cuenta que ambos aspectos, el tamaño de los dientes y el de los maxilares, vienen determinados por factores genéticos que pueden ser transmitidos independientemente, de modo que puede heredarse simultáneamente un patrón de dientes grandes con un patrón de maxilares pequeños, y viceversa.
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Microdoncia
onsiste en una reducción en el tamaño de los dientes. Hablaremos de microdoncia absoluta o verdadera cuando los dientes sean en verdad inferiores a lo normal; y hablaremos de microdoncia relativa cuando en realidad haya dientes normales pero unos maxilares mayores de lo normal. También podemos clasificar la microdoncia como generalizada o total, con afectación de todos lo dientes; y localizada o parcial, con afectación de un diente o grupo de dientes aislados.
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Es de destacar que los dientes más frecuentemente microdónticos son aquellos que tienden a desaparecer en la evolución filogenética: por lo tanto, la microdoncia de estos dientes será la expresión variable de los genes para la agenesia de los mismos. Con frecuencia hay individuos de una familia con agenesia de uno o ambos laterales, y en otros individuos de la misma familia se presentan dientes microdóncicos. Hay individuos también donde en una hemiarcada hay agenesia de un diente, y el contralateral es microdóncico.
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Tratamiento de la microdoncia
La microdoncia, tanto en sus variantes verdadera como relativa, da lugar a trastornos estéticos por la habitual presencia de diastemas importantes entre los dientes. Para una mejora estética suele precisarse el recurso a las restauraciones con resinas compuestas, carillas de porcelana o incluso coronas.
Macrodoncia:
El aumento de tamaño de los dientes se denomina macrodoncia, y, como la microdoncia, lo podemos clasificar en verdadero o relativo, y en generalizado o parcial. Al igual que la microdoncia, la macrodoncia puede clasificarse así:
La macrodoncia generalizada (también denominada macrodontismo) verdadera se suele asociar a trastornos del desarrollo, como el gigantismo hipofisarío, o la hemihipertrofia.
Las macrodoncias localizadas son poco frecuentes, siendo entre ellas la más habitual la de los terceros molares. Cuando ocurren, debemos realizar siempre el diagnóstico diferencia con la fusión o geminación.
Las variaciones de la forma de los dientes no son tampoco fáciles de establecer en todos los casos. Incluso hay variaciones que en determinados grupos o razas pueden ser habituales, y en el resto de la población una verdadera anomalía. El conjunto de estas anomalías puede agruparse en tres tipos: Anomalías totales, anomalías coronarias y anomalías de forma radiculares.
Anomalías de forma totales
Anomalías de forma coronarias
Anomalías de forma radiculares
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De formas totales (Conoidismo)
se caracteriza por ser dientes rudimentarios en los que la corona y la raíz tienen forma de conos, unidos por sus bases. Es más frecuente en los incisivos laterales superiores y generalmente es bilateral. También es frecuente en los dientes supernumerarios.
Puede presentarse aislado o asociarse a otras anomalías (agenesias, microdoncia) así como formar parte de ciertos síndromes.
El conoidismo requiere generalmente tratamiento estético, con resinas compuestas o coronas de recubrimiento total.
La característica principal de esta entidad, que afecta a premolares y molares, es la existencia de una cámara pulpar muy grande, que se prolonga apicalmente mucho más de lo habitual. La corona clínica es de aspecto totalmente normal, y suele ser un hallazgo radiológico, al observar la gran cámara pulpar.
Su aparición se relaciona también en ocasiones con ciertos síndromes, sobre todo los que implican defectos ectodérmicos, como ciertas formas de amelogénesis imperfecta, dientes supernumerarios, fusiones dentarias, microdoncias, anodoncia, y diente invaginado.
se caracteriza por la invaginación de tejidos dentarios (esmalte, dentina y en ocasiones también pulpa) desde la superficie externa hacia el interior del diente. Se debe a un repliegue de las capas celulares ectodérmicas del órgano del esmalte hacia el interior de la papila dental durante el desarrollo del diente.
Las invaginaciones se clasifican en coronarias y radiculares, siendo las primeras mucho más frecuentes (el 94% del total).
Tipo 1. Invaginación limitada a la corona del diente. Puede o no existir comunicación con la pulpa.
Tipo 2. Se extiende apicalmente al límite amelocementario, pero no alcanza al ligamento periodontal.
Tipo 3. Se extiende como el tipo 2 más allá del límiete amelocementario, pero comunica con el periodonto lateral o apical. Ello da lugar a una vía de paso de bacterias que compromete el futuro del diente.
Las anomalias se dividen en tres tipos:
La afectación es más frecuente en incisivos laterales superiores (60% de los casos), seguido de centrales, premolares, caninos y molares. Es también frecuente en dientes supernumerarios. Rara vez se presenta en la mandíbula así como en dientes temporales. La frecuencia de incidencia es entre el 3% y el 10% de los incisivos laterales del maxilar superior, incluyendo los casos mínimos. Puede ser uni o bilateral. En el caso de los incisivos laterales, es habitual la presencia de un cíngulo con una fosa muy marcada.
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Es una entidad característica caracterizada por la presencia de una fisura que separa el cíngulo de la raíz, para luego prolongarse en sentido apical. Se sitúa sobre todo en la cara palatina de los incisivos laterales superiores, y da lugar a un defecto periodontal no tratable, que acaba por provocar la exodoncia del diente. Puede comunicar además la dentina e incluso la pulpa con la superficie dentaria, a través de la fisura, lo que puede también dar lugar a patología pulpar.