La protesta profética
Aunque técnicamente era legal, esta manera de practicar el divorcio no escapó de la protesta en el Antiguo Testamento, siendo desafiado vigorosamente en Malaquías 2:13-16. El tema general del capítulo 2 es el quebrantamiento de la fe entre la comunidad del pacto, tanto de parte de los sacerdotes (2:1-9) como de parte del pueblo (2:10-16). El verbo bagad (actuar o tratar con peligro, infidelidad, o engaño) ocurre cinco veces en los últimos siete versículos, empezando con la pregunta, “¿Por qué, pues, nos portamos deslealmente el uno contra el otro, profanando el pacto de nuestros padres?” (v. 10), y terminando con la exhortación, “Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales” (v. 16).
Malaquías protesta contra dos instancias concretas de infidelidad al pacto: el casarse con esposas paganas inconversas (“hija de dios extraño”), el divorcio (de la “mujer de vuestra juventud”). Estos, por supuesto, podrían ser partes de un solo evento, pero son tratados en el texto como si fueran distintas instancias de “traición”.
La frase clave, en la primera parte del versículo 16, ha sido traducida así: “Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos”. La expresión que usa Malaquías para describir las con-secuencias de una traición de la confianza matrimonial de parte del marido, solamente porque no le gusta su esposa, es: “la vio-lencia (hamas) cubre su vestido (lebus )”. La frase es difícil de entender. Hamas se usa en el Antiguo Testamento específicamente para referirse a la violencia física, pero también para hablar de cualquier daño causado con malas intenciones.