El concepto Psicomotricidad esta sujeto a distintas formas de interpretación y comprensión dependiendo del contenido que se le asigne y del contexto en que se utilice.
Que claro yo utilizaré el termino de psicomotricidad fina que se refiere al conjunto de teorías y prácticas de la psicomotricidad aplicables en la escuela ordinaria.
La psicomotricidad educativa es definida como una forma de entender la educación, basada en la psicología evolutiva y la pedagogía activa (entre otras disciplinas), que pretende alcanzar la globalidad del niño (desarrollo equilibrado de lo motor, lo afectivo y lo mental) y facilitar sus relaciones con el mundo exterior (mundo de los objetos y mundo de los demás).
Se le otorga al cuerpo (movimiento, emoción y pensamiento) y a la vivencia (acción, experimentación, afectividad) un papel privilegiado para llegar a lo racional (interacción con el entorno, físico y social y desarrollo de la personalidad en convivencia, objetivo último de la educación).
Para Pastor Pradillo la psicomotricidad permite sustentar estrategias educativas en diferentes medios (el matemático, el sonoro, el musical y el plástico) y Berruezo dice que es una línea de trabajo, en manos de los maestros, educadores o pedagogos, que contribuye a establecer correctamente las bases de los aprendizajes escolares y de la personalidad infantil.
Esta práctica acepta al niño tal y como es y tal y como está. En la cual observamos lo que sabe hacer y en lo positivo del niño. Lo observamos en su integridad, en su conjunto, a través de su forma de comunicarse, que es el lenguaje no verbal y el lenguaje corporal ya que estos son su medios para comunicar como se siente y que es lo que le pasa.
Las edades para la realización de etas actividades es de 1 a 7 años de edad. La duración de las sesiones es normalmente de una hora o dependiendo de la edad con la que estemos trabajando; en los pequeños puede ser mas corto, en torno a los 45 minutos y de acuerdo a los mayores puede durar hasta una hora y cuarto. Como conclusión esta práctica le permite al niño ir creándose a sí mismo, sentirse un ser competente, seguro de sí mismo, con la creencia de que el mundo es un lugar seguro.