Desde hace décadas, se aplican unas pruebas estandarizadas para medir el cociente intelectual, que se revisan cada cierto tiempo, de manera que sean lo más representativas y variadas para poder estudiar la evolución cognitiva de los humanos.
Se realiza la comparativa de lo inteligentes que somos hoy en día versus la antigüedad.
Se confirma cuando a la población más joven se somete a las mismas pruebas que hicieron sus antepasados y en ellas consiguen mejores resultados.
En definitiva y, según esta metodología, el efecto Flynn afirma que cada vez somos más listos y que esta evolución cognitiva se debe a mejoras en la salud, la alimentación o la educación a las que accedemos