DEFINICIONES DE CURRICULO
Según Díaz Barriga (2003) para dotarlo de significado se ha recurrido, permanentemente, al uso de adjetivos, tal es el caso de currículo prescrito, programado o presentado; currículo enseñado; currículo alcanzado; currículo oculto; currículo formal, y currículo por procesos, entre otros. Afirma se conformaron dos vertientes bien diferenciadas: la que considera el currículo vinculado al proyecto educativo de un sistema o institución, y que se configura en planes y programas de estudio, y la que lo vincula a conceptos más amplios, como vida cotidiana, práctica educativa y realidad.
Sacristán (1991, p. 123) propone 6 niveles de el curriculo: El currículum prescrito, El currículum presentado a los profesores, El currículum moldeado por los profesores, El currículum en acción, El currículum realizado y El currículum evaluado.
Villar (1990) afirma que el currículo debe tener en cuenta tres aspectos básicos: la incertidumbre de la acción educativa, la comunicación que se
dé entre los participantes en esta y las determinaciones éticas y políticas de ella; de tal forma que se plasma en un “propósito educativo”.
Alviárez, Moy K. y Carrillo, para quienes “[…] un modelo curricular debe reflejar la estructura y organización natural e interna del conocimiento
[en una disciplina específica] y, en un esfuerzo sintético captar su unidad, complejidad y generalidad (…) para descender a sus instancias diversas,
simples, particulares y específicas sin perder su perspectiva global, totalizadora e integradora” (2009, p. 167)
La gran diversidad de concepciones sobre currículo indica la complejidad de su definición, Definirlo resulta tan complejo como el proceso educativo mismo, pues debe atender, por un lado, a criterios y exigencias de racionalidad y eficientismo y, por otro, a la apertura a enfoques
centrados en la persona y en el papel de la experiencia –propuestos por Dewey (1971)–, a la diversidad y el multiculturalismo, al reconocimiento
de la subjetividad y de otros saberes, y al aprendizaje de y con el otro –con origen en la teoría posmoderna. En el caso del profesor de matemáticas, sí que es importante la problematización que lleve a una (re)significación de su práctica. se debe reflexionar sobre lo que se
hace, de tal forma que el docente pueda (re)significar permanentemente su práctica y ayudar a la evolución del sistema educativo.