El imperativo de equidad exige que la transformación productiva esté acompañada por medidas redistributivas. Incluso si el esfuerzo de transformación resulta intenso, seguramente transcurrirá un período prolongado antes de que pueda superarse la heterogeneidad estructural mediante la incorporación de sectores marginados a las actividades de creciente productividad. De ahí proviene la necesidad de medidas de redistribución del ingreso para complementar las que puedan surgir como efecto de la incorporación de progreso técnico a las diferentes áreas productivas, del aumento de la productividad y del mejoramiento de las remuneraciones reales.