Aprendizaje Social
uno de los más importantes fines del criterio es fomentar la retención del entendimiento. En vez de depender de modelos clásicos con bajas tasas de recolección, el aprendizaje social fomenta el aprendizaje en ámbitos de trabajo y posibilita a los alumnos sustraer entendimiento de profesionales en las empresas en vez de tener entendimiento sobre ellos.
Como todos somos seres sociales, además debemos sentirnos parte de un conjunto. Una vez que compartimos nuestro entendimiento, al enseñarle algo a otra persona, naturalmente sentimos que somos parte de algo más enorme. Por coincidencia, de esta forma es como las empresas tienen la posibilidad de mejorar la satisfacción de los empleados, el compromiso y su vinculación con la compañía misma
¿Cuáles y por qué serían las mejores formas de aprendizaje?
Esta forma nos permite adquirir nueva información relevante y requiere cierta atención y selectividad sobre lo que se está aprendiendo. El cerebro se ejercita mucho.
Este tipo de aprendizaje es el que se da a través de un estímulo que cambia nuestra respuesta por ser repetitivo y continuo. Se relaciona a nuestra sensibilidad y las costumbres adquiridas.
Los libros que uno tiene en casa ayudan ha estar intelectualmente hambrientos de aprendizaje. (Foto: Freepik)
Es uno de los aprendizajes más enriquecedores, se caracteriza por la recolección de información, la selección, organización y el establecimiento de relaciones de ciertos conceptos nuevos con otros anteriores, como una forma de asociación.
Este tipo de aprendizaje permite aprender de forma cooperativa, apoyándose tanto en su conocimiento, como en el de los demás. Se genera en grupos de no más de 5 personas que toman diferentes roles y funciones.
Permite gestionar las emociones de manera eficiente en el proceso de aprendizaje. Esta forma aporta grandes beneficios porque genera bienestar en ellos y mejora su relación con los demás.
Aprendizaje experiencial
Considera como una de las mejores maneras de aprender y se basa en la experiencia. Las personas viven una situación o suceso y aprenden a través de ella. Son guiadas por su percepción sobre lo sucedido y hacen una reflexión sobre la actitud tomada.
Hace que las personas que aprenden lo hagan participando constantemente, interactúan con quien les enseña y se cuestionan, buscan información, relacionan las nuevas ideas con conceptos ya aprendidos y organizan cada idea de acuerdo a su mundo.
Es el tipo de aprendizaje que fija conceptos en el cerebro. No es recomendado para aprender ciertos temas que requieren reflexión, pero suele utilizarse para memorizar cosas invariables como fechas y nombres, que pueden aprenderse mediante la repetición.
Este tipo es el aprendizaje que se comprende, se asimila y se reproduce. Las personas que aprenden solo son receptores de forma pasiva y no participan en el proceso más que recibiendo información desde el exterior.
Nos cuesta reconocer que hay cosas que no sabemos. Tenemos miedo al ridículo, a la descalificación, o a perder nuestro prestigio por el hecho de admitir que de algo no sabemos o por reconocer nuestra incompetencia en un dominio específico.
Este mecanismo se manifiesta cuando realizamos conversaciones de explicación o justificación, en las que nuestra incompetencia o el fracaso de nuestro proceso de aprendizaje, están signados por factores “externos” a nosotros. Siempre podemos señalar a alguna persona o circunstancia que de no haber existido, hubiésemos sido exitosos, o no hubiésemos “tenido” que abandonar este proceso de aprendizaje.
En este caso las explicaciones tienen que ver con los juicios limitantes que realizamos acerca de nuestra persona o de nuestra situación, y que nos conducen a que no asumamos (o abandonemos) el desafío del cambio y del aprendizaje. Puede ser porque somos muy grandes o demasiado chicos, o que no tenemos la formación previa necesaria, o vivimos muy lejos, o tenemos restricciones económicas, o los múltiples etc. que se les pueda ocurrir.
Para poder aprender hace falta una declaración de ignorancia, ya que si no nos damos cuenta de que no sabemos, si no tomamos conciencia de nuestras áreas de incompetencia, difícilmente podremos declarar que las queremos cambiar y así iniciar un proceso de aprendizaje.
Cualquier momento de confusión o incertidumbre es evitado a toda costa. No estamos dispuestos a admitir que para llegar a saber, debemos pasar por el no saber, y que para llegar a la luz hay trechos de oscuridad
El tiempo siempre es un recurso escaso. Cuando decimos que no emprendemos o que abandonamos un proceso de aprendizaje por falta de tiempo, lo que en realidad estamos diciendo (o encubriendo) es que no está dentro de nuestras prioridades en este momento.
Gran parte de los comportamientos y conductas que desplegamos a diario, están basados en hábitos arraigados que se constituyen como parte de nuestra particular forma de ser y, por lo tanto, no los revisamos ni los analizamos, simplemente los actuamos. Podemos decir que poseemos nuestros hábitos, pero también que nuestros hábitos nos poseen a nosotros.
Trabajar en nuestro desarrollo personal, sentir que nos estamos reinventando a nosotros mismos, es una tarea apasionante aunque no siempre sencilla. A este respecto es importante incorporar el componente de la emocionalidad en el contexto de la problemática del aprendizaje
Tradicionalmente el saber estaba ligado a la cantidad de información que se poseía. Esta mirada sobre el saber se ha ido resignificando y se ha instalado la necesidad de relacionar el saber con el hacer. En función de esto entendemos al aprendizaje como: la expansión de la capacidad de acción efectiva, autónoma y recurrente. Consideramos que aprender es integrar un nuevo saber actuar
Para aprender, muchas veces debemos dar autoridad a otro para que nos enseñe y acompañe en nuestro proceso de aprendizaje y esto en algunas oportunidades es una gran dificultad ya que somos reacios a darles autoridad a otras personas. A veces nos posicionamos en lugares donde nadie “nos alcanza” para enseñarnos.
10. No dar autoridad de nuestro proceso de aprendizaje
El aprendizaje requiere apertura a lo nuevo y una disposición a cuestionar lo que conocemos. Hay aprendizajes que podemos realizar en soledad y otros en los que necesitamos interactuar en un grupo, con un facilitador que nos guíe. En estos casos es muy importante generar una emocionalidad grupal de confianza y respeto, a los efectos de que las personas sientan la apertura para compartir sus propios procesos y dificultades a través de los cuales el aprendizaje pueda transcurrir.
de aprendizaje, encubre su propio temor al proceso de cambio personal y lo ocultan haciendo chistes, ironías y sarcasmos.
lo que se debería aprender es que todos somos diferentes y cada uno tiene su manera de aprender por lo cual no debemos de avergonzarnos porque hay distintas formas de aprender y en la cual en muchas de ellas se nos hará mas fácil aprender pero necesitamos de aunque sea a una persona que nos motive