En el Siglo XVIII, Nueva España producía la plata con la que se movían los mercados del mundo. Se reflejó en el crecimiento de las ciudades. Los principales centros mineros eran: Zacatecas, Guanajuato y Taxco.
Otras ciudades que también crecieron fueron: Veracruz, Guadalajara y México. Unas ciudades especializadas en lo textil fueron: Puebla, Querétaro, Celaya y San Miguel.
Aumentó la población y la demanda de productos. Todas las actividades económicas se integran a un sistema que permite el funcionamiento de la sociedad.