Las sociedades altamente enfocadas en la inversión de sus recursos intelectuales son aquellas que se desprenden de modelos y patrones de enseñanza ajustados a lo no funcional, es decir, despegan ante la necesidad de formar seres humanos pensantes, creadores de beneficios, alineados con los valores universales de convivencia con el medio ambiente, alejados de esquemas flácidos e inconsistentes con respecto al trabajo arduo que se requiere en las primeras fases de educación de las personas.