El suelo es una de los componentes abióticos más importantes, en el cual se sostiene todo el estado de la vida o el medio ambiente, generando el proceso de sustracción e implantación de los bienes provechosos para la vida y que de ser cuidado en todo sentido por la humanidad.
El suelo es la parte más superficial de la corteza
terrestre, el cual contiene agua y elementos nutritivos
que los seres vivos utilizan, sobre todo los vegetales,
condicionando así todo el funcionamiento del
ecosistema.
Los
componentes
del suelos son
Los minerales
La materia
orgánica
Los
microorganismos
Agua y aire
Formación del
suelo
Cambios de temperatura y el
rompimiento de las rocas
Aparición de
pequeñas plantas
y mugos
Multiplicación de
pequeños organismos
Todas las actividades agrícolas, ganaderas y
forestales se basan en el suelo y, como los demás
factores del ecosistema, también se ha visto
deteriorado por causas antrópicas.
Recomendaciones
para la recuperación
del suelo
La prevención implica el uso
de medidas de conservación
que mantienen los recursos
naturales y su medio ambiente
productivos.
La mitigación es la
intervención pretendida para
reducir la degradación en
curso. Resulta en una etapa
una vez que la degradación se
haya iniciado.
La rehabilitación es
necesaria cuando la tierra
ya está degradada hasta tal
punto que su uso original
ya no es posible y se ha
convertido prácticamente
improductiva.
Por lo tanto, la degradación
del suelo se define de la
siguiente manera:
Un cambio en la salud del suelo
resultando en una disminución de la
capacidad del ecosistema para
producir bienes o prestar servicios
para sus beneficiarios