1) Una de las primeras críticas que ha recibido el modelo escolar discute su aislamiento con respecto
al medio.
La indiferencia por la vida y el mundo exterior redundaría en la enseñanza de conocimientos que no
tienen que ver con la experiencia del alumno, sus intereses y motivaciones; por lo tanto, lo
convierten en alguien receptivo, pasivo, dócil. Se ve a la escuela con ambición enciclopédica, hecha
de métodos pasivos, que van en contra de la “naturaleza” infantil.
“Instruir”, “imponer”, “reprimir”, “ordenar”, “controlar”, “disciplinar”, Son verbos que definen a esta
escuela a la que se suele denominar “tradicional”.
2)El papel que la escuela cumple en la reproducción de las desigualdades sociales.
La escuela es funcional a un orden social que es injusto y desigual. La escuela, se platea, es un
aparato que trasmite la “ideología dominante”, de tal manera que los valores currículum, los roles
fijo de maestro alumno, la disciplina escolar, la concepción del “fracaso escolar”, resultan funcionales
a los intereses de los grupos en el poder.
La escuela, desde esta perspectiva, reproduce, ejerce un control social,
selecciona, clasifica, diferencia, oculta, mantiene el statu quo impone.
3)En el siglo XXI la crítica se dirige a la homogeneización, la escuela no respeta las diferencias entre
los sujetos y no trabaja con la diversidad.
La crítica se dirige entonces a las exclusiones que resultaron de las formas de
inclusión social que planteó la escuela, proponiendo el respeto por lo que el niño
trae consigo-por su cultura, por sus códigos, por sus costumbres, por sus
lenguajes- como criterio a la hora de decidir cómo y que se enseña. Desde esta
perspectiva, tradicionalmente la escuela uniformizó, homogenizó, aculturizó,
borró las diferencias y disciplino.
El desafío que se le plantea a la escuela tiene que ver con cómo organizar y
presentar los saberes, contenidos y prácticas escolares de modo que tengan en
cuenta las diferencias y las particularidades de los sujetos
4)La calidad de la enseñanza. La critica caracterizaba un sistema educativo caro e ineficiente, con un
extendido aparato burocrático estatal, con docentes con escasa cappacitacion y un bajo rendimiento
en el arendizaje de los alumnos.
La “falta de calidad” se midió y se mide, fundamentalmente, a partir de dos
variantes.
A)La insuficiencia de formación que la escuela brinda para responder a las nuevas
demandas del mercado de trabajo. La globalización de la economía, el avance
científico-técnico aplicado a la producción, los cambios en las formas de organización
del trabajo en las empresas, contrastan con la desactualización de los contenidos
curriculares.
b) La falta de actualización de los saberes escolares frente al avance acelerado de las
nuevas tecnologías de la comunicación y la información. Se platea que las nuevas
tecnologías creando una nueva “cultura de aprendizaje” que pone en duda los
elementos que constituyeron el modelo escolar (gradualidad, simultaneidad,
asimetría, etcétera)
5)Se acusa a la escuela de haberse convertido en comedor, ropero, centro de salud, lugar de
contención, refugio contra violencia la familiar , la drogodependencia, etc.
La vinculación entre educación y asistencia, en Argentina, se formo parte de la escuela desde sus orígenes. Se
enfatiza que la escuela asiste, contiene, alberga, protege, cuida. Estas críticas abren la pregunta acerca de las
relaciones entre sociedad y educación, acerca de las delegaciones que hace el Estado en la escuela como modo
de atender la crisis, acerca de la conflictividad que atraviesa la escuela cuando una sociedad como la nuestra es
tan conflictiva en términos económicos y sociales.
6)Se acusa a la escuela permear por la crisis de valores propia de la sociedad.
El argumento se amplía mostrando que la escuela participa del relativismo moral y cultural de nuestro
tiempo: banalización, ignorancia, superficialidad, “todo vale”, falta de límites, ocio, invaden el espacio
escolar. La escuela devalúa el esfuerzo, desprecia lo correcto, renuncia a transmitir “valores”, es un
lugar sin sanciones, del cual los alumnos extraen consecuencias “poco morales”