Estamos presenciando una nueva bipolaridad pero no una nueva Guerra
Fría. La disputa entre Estados Unidos y la Unión Soviética fue una
manifestación de un particular orden bipolar
Más no el único posible. Son múltiples las diferencias entre aquel período y el actual, siendo una de
las más importantes el alto grado interdependencia alcanzada. La relación entre Estados Unidos y
China es probablemente hoy el vínculo bilateral más imbricado del mundo. Intentar hacer una
cirugía allí -como pretende Trump- es algo sumamente difícil y complejo, además de altamente
riesgoso. En 1945, lo único que unía a Estados Unidos y la Unión Soviética era el espanto del nazismo.
Desaparecida esta amenaza, la Cortina de Hierro no fue inicialmente traumática ni costosa.
Otra gran diferencia radica en el hecho de que el mundo bipolar propio de la Guerra Fría estaba
signado por un alto grado de certidumbre y, en consecuencia, por una menor complejidad, tanto en
lo que refiere a las agendas como a los actores y sus dinámicas. Ya en las décadas de 1950 y 1960 las
dos potencias tenían un control relativo sobre las dimensiones externas, en tanto que las esferas de
influencia de cada actor estaban perfectamente delimitadas.
Fin de la Bipolaridad
El Fin de la bipolar se sitúa entre 1980 y 1991. Para el año 78 Afganistán contaba con el apoyo
soviético, los grupos disidentes con Estados Unidos y su presidente Ronald Reagan quien no
escatimó en gastos militares y con su actitud poco conciliadora asomo la posibilidad de una segunda
Guerra Fría.
Características atípicas a lo que hasta entonces el mundo conocía como guerra, aunque sus
consecuencia físicas fueron igual de lamentables, pues las sociedades y economías afectadas fueron
igual de numerosas y en algunos casos irrecuperables
En fin que la nueva bipolarización del mundo (mundo bipolar o sistema bipolar) se encuentra encaminada y
menciona una nueva lista de actores, en el que China se posiciona como la posible primera superpotencia,
mientras se menciona el desarrollo económico exponencial de otros grandes países como Brasil y México.
Veamos a donde nos llevan los gajes de la historia.