Un arrecife artificial es una estructura sumergida colocada de
manera deliberada sobre el suelo marino para imitar alguna de
las características de un arrecife natural. Pueden estar
expuestos parcialmente en algunos estados de marea
La mayor parte de
los arrecifes
artificiales
instalados a día de
hoy en aguas de
nuestro país, están
destinados a fines
básicamente
pesqueros
Desde la óptica de
protección de la
costa, un arrecife
artificial, con
independencia de
su finalidad,
tipología y
características,
debe considerarse
en todos los casos
una obra marítima
que supone una
instalación
permanente en el
fondo marino y
que, por tanto,
implica la
ocupación de
dominio público
marítimo terrestre,
quedando pues en
este sentido
regulada su
instalación por la
Ley 22/1988 de
Costas.
Como quiera que en
determinadas
ocasiones se plantea
la instalación de
diversas estructuras
sobre el fondo
marino con fines
diferentes a los de
fomento o protección
de los recursos
pesqueros, pudiendo
llegar a proyectarse
la utilización de
diversos materiales
en desuso
(habitualmente
cascos de
embarcaciones) y
ante el riesgo de
efectos negativos
sobre el medio
marino, los
Convenios
Internacionales han
aprobado Directrices
específicas al
respecto.