Habermas centra su crítica a Adorno y Horkheimer en el hecho de que éstos, a su juicio, identifican la
razón con la racionalidad con arreglo a fines o instrumental orientada por el espíritu de
autoconservación. La crítica de los primeros representantes de la Escuela de Frankfurt resulta tan
radical que no cabe escapar de la racionalidad con arreglo a fines y por lo tanto ya tampoco sería
posible una racionalidad emancipadora, lo que, para Habermas, es un análisis simplificador de la
modernidad.
Esta identificación, sostiene Habermas, pasaría por alto los tres fenómenos constitutivos de la
diferenciación de las esferas de valor que definen a la modernidad para Max Weber. Estas esferas de
valor, representadas en la ciencia moderna, las ideas morales y jurídicas universalistas y el arte
autónomo, estarían orientadas no por un interés instrumental y sí por un interés emancipatorio. “A
causa de las simplificaciones que este cuadro practica, la Dialéctica de la Ilustración no hace justicia
al contenido racional de la modernidad cultural que quedó fijado en los ideales burgueses (aunque
también instrumentalizado con ellos).
Para Habermas, la semejanza entre los planteamientos de sus maestros y Nietzsche se localizaría en
tres posicionamientos comunes:
La génesis de la prehistoria de la subjetividad entendida como renuncia está muy cercana de la
concepción sobre el surgimiento de la conciencia nietzscheana como inversión de los impulsos hacia
la naturaleza interna.
La crítica a la ciencia de Adorno y Horkheimer, como resultados históricos de la dominación de la
naturaleza, se acercan al desvelamiento, que en forma de voluntad de poder, Nietzsche establece
como fuente última sobre la que descansan las pretensiones de verdad y universalidad moral
propias de la modernidad.
Finalmente, existe una semejanza entre la perspectiva de acercamiento a la modernidad en clave
estética por parte de Nietzsche con la defensa adorniana, explícita posteriormente en Teoría
estética, en la que el arte vanguardista representaría una subjetividad desligada de la racionalidad
con arreglo a fines sujeta a los imperativos del trabajo y la utilidad.