Es el mismo san Vicente de Paúl, en las conferencias tenidas para hablar de las virtudes de Santa Luisa, quien nos la presenta como una Madre, no duda en atribuirle un poder de intercesión en favor de sus Hijas:
«¡Ánimo! Tenéis en el cielo una madre que goza de mucha influencia y que alcanzará de Dios para vosotras la gracia…».
«…que pidan a Dios les conceda la gracia de obrar siempre cada vez mejor ¡Ánimo!… Hemos visto ese hermoso cuadro delante de nosotros; ahora está allí arriba. Nos queda ahora hacer de ella un modelo».
En una carta a Sor Nicolasa Haran, san Vicente escribía refiriéndose a la muerte de Luisa: «Le anuncié en el último correo una triste noticia, o sea, la pérdida que hemos tenido de la señorita Le Gras. Hay que alabar a Dios por ello y esperar que él ocupe para usted el lugar de padre y madre».