La Megarexia, se podría decir que es lo opuesto a la anorexia nerviosa.
Estudiado por el Dr. Jaime Brugo,
Implica una distorsión de la imagen corporal al igual que en la anorexia nerviosa y la dismorfofobia.
Que no son obesos si no que tienen fuerza. Y pueden morir de un paro cardíaco por las mismas afecciones de sus actos en contra de notar estos cambios.
Caption: : No son capaces de percibir su exceso de peso
Esta dismorfofobia, en la que la imagen corporal que tienen los afectados de su propio cuerpo no es real, afecta más a los hombres que a las mujeres. Además, la mayoría de los casos corresponden a personas que sobrepasan los 45 años de edad y que llevan una vida sedentaria que fomenta la acumulación de grasa con el correspondiente riesgo cardiovascular asociado.
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Un trastorno de la alimentación muy poco conocido pero con graves consecuencias para la salud: la megarexia. Un trastorno en el que los obesos no sólo no perciben el exceso de peso si no que, además, se ven delgados y sanos.
Las personas con megarexia tienen sobrepeso y se ven delgadas y cómo al no tener conciencia de las dimensiones de su cuerpo, progresivamente van comiendo más, pudiendo acabar con los graves problemas de salud que conlleva la obesidad
Quienes sufren megarexia no practican ningún tipo de ejercicio y su dieta se basa en alimentos poco o nada saludables. Al «comer mal» estas personas suelen tener carencias de vitaminas y minerales, la falta de nutrientes provoca una alteración bioquímica en el cerebro, similar al de las personas con anorexia de modo que los megaréxicos no son conscientes de que sufren una enfermedad. De hecho, algunos datos apuntan a que por cada persona con anorexia, diez tienen megarexia.
Evitar mirarse en espejos de cuerpo completo
Desconocer cuánto pesa exactamente
Utilizar prendas holgadas y asegurar que toda la ropa les queda grande
Asegurar que las personas exageran al decirle que tiene un problema con su peso o su alimentación
Creer que las básculas están descompuestas cuando le marcan su peso real
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SÍNTOMAS PRINCIPALES :
Los megaréxicos, a pesar de padecer un evidente exceso de peso, se sienten orgullosos de su aspecto físico y se consideran “fuertes” o “enérgicos”.
Sus hábitos alimenticios son evidentemente poco saludables, y favoreciendo la carencia de nutrientes.
No les gusta pesarse y rechazan las básculas.
Evitan hacerse fotos de cuerpo entero porque no pueden aceptar su propia figura.
No les gusta ir de compras porque tienen que enfrentarse a su verdadera talla, produciendo mayor tristeza.
El trabajo del psicólogo con pacientes de megarexia se basa en corregir esa distorsión de la autoimagen y el comenzar a relacionarnos con la comida de un modo saludable con un tratamiento psicológico de obecidad.
El tratamiento para la megarexia o fatorexia consiste en una terapia psicológica para que la persona aprenda a conocer su cuerpo y lo acepte tal y como es, además de una dieta equilibrada que le permita tener un peso adecuado y mejorar su salud.
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