Independencia de los EE.UU.
La independencia norteamericana constituyó la primera reacción en contra del mercantilismo económico y del absolutismo político, de la misma manera en que el modelo liberal se sustentaría en la insurgencia frente a estas concepciones. Sus habitantes, alentados por los ideales del filósofo y médico inglés John Locke, buscaban de alguna manera ponerle fin a las medidas del gobierno británico, puesto que el país se hundía en un endeudamiento social y político a consecuencia de las guerras con Francia. Uno de los detonantes para llegar a la independencia de los Estados Unidos fue que, en 1765, Reino Unido implanto un nuevo impuesto a las colonias, a los periódicos, documentos jurídicos y transacciones comerciales; este fue el detonante económico que provocó la indignación de las colonias. Acontecimientos como este condujeron a la sociedad civil a grandes movilizaciones y protestas que duraron alrededor de ocho años.
La sociedad francesa prerrevolucionaria era profundamente estratificada: el Primer Estado correspondía al clero; el Segundo Estado, a la nobleza; y el tercero, llamado Estado llano, a los representantes de las ciudades, en su mayoría burgueses. La diferencia entre cada uno no era solo económica; cada «Estado» tenía privilegios distintos. Así, la nobleza no pagaba impuestos, se sometía a leyes especiales y ostentaba los cargos administrativos más importantes. Las cargas fiscales estaban sobre la burguesía y las clases trabajadoras, que tenían muy pocos derechos. El estado francés pasaba por una crisis fiscal, por varias décadas las haciendas francesas eran incapaces de recaudar con sus impuestos las cantidades que gastaban. Se trataban de un déficit público crónico que se acrecentaba por las guerras. Se llamaba Estados Generales a la reunión de los representantes de los tres Estados, a los que el rey convocaba para hacer consultas. Solo se reunían en casos críticos o excepcionales. No se habían reunido casi en un siglo, hasta que Luis XVI los convocó
Causas que expliquen el estallido de las guerras:
El evento detonante fue la crisis de la monarquía española.
Se confiaba en la idea de que, en ausencia del rey, la soberanía para gobernar pasaba al pueblo, con lo que las autoridades españolas perdían legitimidad.
La relación entre la élite local y la monarquía se había resquebrajado.
Las revoluciones de EE. UU. y Haití hicieron evidente que se podía vencer a las potencias europeas. Las reivindicaciones populares en Haití causaron temor en la élite colonial, que trató de evitar que las noticias de esta revolución antiesclavista que se había desatado en la isla llegara a oídos de la población.
Las ideas de la Ilustración promovían relaciones políticas distintas a las del Antiguo Régimen.
En en lo económico se suma la desazón de la acaudalada oligarquía criolla por su exclusión de los cargos más influyentes y sus deseos de gestionar los asuntos económicos.
España vivía un momento de inestabilidad política interior con la invasión napoleónica, la detención del rey en Francia y la guerra derivada de todo ello, que tuvo lugar entre 1808 y 1814. La independencia de Hispanoamérica no fue un proceso homogéneo.
Dentro del vasto territorio americano, cada región presentó sus particularidades, pero en el caso de América del Sur, podemos identificar dos fases claramente diferenciadas:
La primera fase (1809-1815) se caracteriza por la conformación de las Juntas Soberanas en América por parte de la clase dominante , mientras que en España se buscaba la salida de los franceses y se conformaba un Consejo de Regencia que sustituía a la Junta Soberana.
La segunda fase se dio entre 1815 y 1824. Para esta fecha, Fernando VII había retomado el trono e intentó mantener bajo su poder a América. Por ello se organizaron dos grandes ejércitos continentales: el primero, en el sur, estuvo liderado por José de San Martín que desde Buenos Aires avanzó hace Chile y luego pasó a Perú; el segundo ejército estaba liderado por Simón Bolívar, quien desde Caracas avanzó hacia el sur, apoyando y consolidado la independencia de Nueva Granada y Quito.