¿Qué es el tipo de cambio?
En principio es el valor de la moneda nacional
medida en monedas extranjeras. La importancia para la macroeconomía es central
porque es la medida de referencia por las cuales se intercambian bienes y
servicios y se realizan operaciones financieras entre la economía nacional y el
resto del mundo.
Por ejemplo, si en marzo de 2015 con una Libra
esterlina (que es la moneda del Reino Unido) se pueden obtener 1,5 dólares
estadounidenses, se dice que el tipo de cambio es de 1,5 dólares por libra
esterlina.
El Banco Central tiene la capacidad de intervenir
en el mercado de cambios en función de los objetivos de su política cambiaria.
En términos generales, el Banco Central presiona al alza el tipo de cambio con
posturas compradoras de dólares (ejemplo, el dólar se torna más caro) y
presiona a la baja el tipo de cambio con posturas vendedoras de dólar.
Básicamente existen dos tipos de regímenes
cambiarios. Un “régimen de tipo de cambio fijo” significa que el Banco Central
se compromete a comprar y vender divisas a un valor fijo. Por ejemplo, en
Argentina la llamada ‘Convertibilidad’ estableció por Ley una paridad fija
entre el peso y el dólar de 1 a
1. La experiencia ha demostrado que este tipo de regla cambiaria le impide al
Banco Central disponer de la flexibilidad necesaria ante situaciones de
inestabilidad en un mercado de capitales internacional altamente volátil. Por
otra parte, si el Banco Central no interviniera en absoluto en el mercado
cambiario, se trataría de un régimen de flotación “libre”, donde el tipo de
cambio fluctuaría en forma imprevisible en base a la oferta y la demanda
cotidiana de divisas.
En la práctica, en la mayoría de los países,
existen regímenes de tipo de cambio de flotación administrada que consisten
básicamente en amortiguar las tendencias devaluatorias o revaluatorias del
mercado cambiario. Los bancos
centrales suelen intervenir en el mercado cambiario para evitar fluctuaciones
bruscas del tipo de cambio y para que éste sea consistente con los
objetivos de la política económica.
Las Reservas Internacionales
Las
Reservas Internacionales son activos externos altamente líquidos y seguros que
dispone un país y están constituidas por metales y monedas internacionales,
entre otros.
En
la Argentina,
están conformadas principalmente por dólares estadounidenses pero también una
parte de ellas se encuentra en euros, yuanes y otros activos, como el oro.
Los
bancos centrales son los encargados de administrar las Reservas Internacionales
del país. La cantidad de activos que se acumulen obedecerá a múltiples
factores, como la dinámica de la economía local e internacional, que determina
los ingresos y salidas de divisas del país o los factores de riesgo que se
visualicen.
También las Reservas
Internacionales son utilizadas para contribuir a una estrategia de
desendeudamiento, entre otros usos posibles.
¿Cómo
se obtienen las Reservas?
La
variación de las reservas internacionales y por tanto, la acumulación neta en
el tiempo de las reservas internacionales se determina a través de las
compra-venta de bienes y servicios al resto del mundo (exportaciones e
importaciones), por los ingresos netos de capitales extranjeros de corto
(inversiones de cartera) y largo plazo (inversión extranjera directa – IED), y
por la renta neta enviada al exterior por los residentes (agentes económicos)
locales (giro de utilidades, intereses de deuda, etc.).