A diario sobre los dientes se forma placa dentobaceriana, esta se compone de bacterias microscópicas que procesan los residuos de los alimentos y al hacerlo forman un ácido que causa la desmineralización de los dientes y la aparición de la caries.
En la primera etapa la desmineralización produce manchas blancas y sin brillo en el diente. Durante esta fase el efecto puede ser revertido a través del cepillado correcto y con la utilización de pasta dental con flúor.
La segunda etapa es cuando el desgaste avanza y comienza a formarse una cavidad o agujero en el diente. En este momento se debe acudir al especialista para que este realice un diagnóstico y tape la cavidad, de no hacerlo la caries penetrará los conductos dentales y comenzará a destruir el esmalte y la dentina hasta llegar al centro del diente.
En la tercera etapa, la caries llega al conducto que contiene los nervios que nutren al diente, aquí es cuando la caries comienza a ser dolorosa y es necesario tratarla de inmediato. El procedimiento más común es obturar, es decir tapar el hueco del diente afectado con el uso de materiales especiales como amalgamas, resinas y coronas.
En esta fase la caries avanza hasta la pulpa dental y el tratamiento consiste en extirparla y rellenar la cavidad mediante el tratamiento de endodoncia