Beatriz Rodríguez Pautt
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Test sobre LECTURA CRÍTICA, creado por Beatriz Rodríguez Pautt el 20/06/2017.

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Beatriz Rodríguez Pautt
Creado por Beatriz Rodríguez Pautt hace más de 7 años
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LECTURA CRÍTICA

Pregunta 1 de 11

1

A mucha gente le gusta ver en los cuadros lo que también le gustaría ver en la realidad.
Se trata de una preferencia perfectamente comprensible. A todos nos atrae lo bello en la naturaleza
y agradecemos a los artistas que lo recojan en sus obras. Esos mismos artistas no
nos censurarían por nuestros gustos. Cuando el gran artista flamenco Rubens dibujó a su hijo,
estaba orgulloso de sus agradables facciones y deseaba que también nosotros admiráramos
al pequeño. Pero esta inclinación a los temas bonitos y atractivos puede convertirse en
nociva si nos conduce a rechazar obras que representan asuntos menos agradables. El gran
pintor alemán Alberto Durero seguramente dibujó a su madre con tanta devoción y cariño como
Rubens a su hijo. Su verista estudio de la vejez y la decrepitud puede producirnos tan viva
impresión que nos haga apartar los ojos de él y, sin embargo, si reaccionamos contra esta
primera aversión, quedaremos recompensados con creces, pues el dibujo de Durero, en su
tremenda sinceridad, es una gran obra. En efecto, de pronto descubrimos que la hermosura
de un cuadro no reside realmente en la belleza de su tema. No sé si los golfillos que el pintor
español Murillo se complacía en pintar eran estrictamente bellos o no, pero tal como fueron
pintados por él, poseen desde luego gran encanto.
Tomado de: Gombrich, E. H. (2003). La historia del arte. Madrid: Random House Mondadori.
PREGUNTA 1. En el texto, el autor hace referencia a Rubens para mostrar que

Selecciona una de las siguientes respuestas posibles:

  • a todos nos atrae lo bello y por fortuna el arte lo recoge en la pintura.

  • el público siempre exige que el artista refleje la realidad en los cuadros.

  • algunos artistas plasman en sus obras lo que nos gusta ver en la realidad.

  • la inclinación en el arte por los temas bonitos y atractivos es bastante nociva.

Explicación

Pregunta 2 de 11

1

A mucha gente le gusta ver en los cuadros lo que también le gustaría ver en la realidad.
Se trata de una preferencia perfectamente comprensible. A todos nos atrae lo bello en la naturaleza
y agradecemos a los artistas que lo recojan en sus obras. Esos mismos artistas no
nos censurarían por nuestros gustos. Cuando el gran artista flamenco Rubens dibujó a su hijo,
estaba orgulloso de sus agradables facciones y deseaba que también nosotros admiráramos
al pequeño. Pero esta inclinación a los temas bonitos y atractivos puede convertirse en
nociva si nos conduce a rechazar obras que representan asuntos menos agradables. El gran
pintor alemán Alberto Durero seguramente dibujó a su madre con tanta devoción y cariño como
Rubens a su hijo. Su verista estudio de la vejez y la decrepitud puede producirnos tan viva
impresión que nos haga apartar los ojos de él y, sin embargo, si reaccionamos contra esta
primera aversión, quedaremos recompensados con creces, pues el dibujo de Durero, en su
tremenda sinceridad, es una gran obra. En efecto, de pronto descubrimos que la hermosura
de un cuadro no reside realmente en la belleza de su tema. No sé si los golfillos que el pintor
español Murillo se complacía en pintar eran estrictamente bellos o no, pero tal como fueron
pintados por él, poseen desde luego gran encanto.
Tomado de: Gombrich, E. H. (2003). La historia del arte. Madrid: Random House Mondadori.
PREGUNTA 2. ¿Cuál de los siguientes enunciados expresa un juicio de valor presente en el texto?

Selecciona una de las siguientes respuestas posibles:

  • Mientras Rubens dibujó la juventud, Durero dibujó la vejez.

  • Los golfillos del pintor español Murillo tienen gran encanto.

  • Rubens estaba orgulloso de su hijo y deseaba que lo admiráramos.

  • Para el público la hermosura de un cuadro reside en la belleza de su tema.

Explicación

Pregunta 3 de 11

1

A mucha gente le gusta ver en los cuadros lo que también le gustaría ver en la realidad.
Se trata de una preferencia perfectamente comprensible. A todos nos atrae lo bello en la naturaleza
y agradecemos a los artistas que lo recojan en sus obras. Esos mismos artistas no
nos censurarían por nuestros gustos. Cuando el gran artista flamenco Rubens dibujó a su hijo,
estaba orgulloso de sus agradables facciones y deseaba que también nosotros admiráramos
al pequeño. Pero esta inclinación a los temas bonitos y atractivos puede convertirse en
nociva si nos conduce a rechazar obras que representan asuntos menos agradables. El gran
pintor alemán Alberto Durero seguramente dibujó a su madre con tanta devoción y cariño como
Rubens a su hijo. Su verista estudio de la vejez y la decrepitud puede producirnos tan viva
impresión que nos haga apartar los ojos de él y, sin embargo, si reaccionamos contra esta
primera aversión, quedaremos recompensados con creces, pues el dibujo de Durero, en su
tremenda sinceridad, es una gran obra. En efecto, de pronto descubrimos que la hermosura
de un cuadro no reside realmente en la belleza de su tema. No sé si los golfillos que el pintor
español Murillo se complacía en pintar eran estrictamente bellos o no, pero tal como fueron
pintados por él, poseen desde luego gran encanto.
Tomado de: Gombrich, E. H. (2003). La historia del arte. Madrid: Random House Mondadori.
PREGUNTA 3. ¿Cuál de los siguientes títulos sería el más adecuado para el texto anterior?

Selecciona una de las siguientes respuestas posibles:

  • En defensa del mal gusto en el arte.

  • El arte como modelo de la realidad.

  • La representación de la belleza en el arte.

  • Rubens, Durero y Murillo: el arte de la pintura.

Explicación

Pregunta 4 de 11

1

Nadie es justo por voluntad sino porque no tiene el poder de cometer injusticias. Esto lo percibiremos
mejor si nos imaginamos las cosas del siguiente modo: demos tanto al justo como al
injusto el poder de hacer lo que cada uno de ellos quiere, y a continuación sigámoslos para observar
hasta dónde lo lleva a cada uno el deseo. Entonces sorprenderemos al justo tomando el
mismo camino que el injusto, siguiendo sus propios intereses, lo que toda criatura persigue por
naturaleza como un bien, pero que la fuerza de la ley obliga a seguir el camino del respeto por
la igualdad.

El poder del que hablo sería efectivo al máximo si aquellos hombres adquirieran una fuerza tal como
la que se dice que cierta vez tuvo Giges, el antepasado del lidio. Giges era un pastor que servía
al entonces rey de Lidia. Un día sobrevino una gran tormenta y un terremoto que rasgó la tierra y produjo
un abismo en el lugar en que Giges llevaba el ganado a pastorear. Asombrado al ver esto, descendió
al abismo y halló, entre otras maravillas que narran los mitos, un caballo de bronce, hueco y
con ventanillas, a través de las cuales divisó adentro un cadáver de tamaño más grande que el de un
hombre, según parecía, y que no tenía nada excepto un anillo de oro en la mano. Giges le quitó el anillo
y salió del abismo. Ahora bien, los pastores hacían su reunión habitual para dar al rey el informe
mensual concerniente a la hacienda, cuando llegó Giges llevando el anillo. Tras sentarse entre los demás,
casualmente volvió el engaste del anillo hacia el interior de su mano. Al suceder esto se tornó
invisible para los que estaban sentados allí, quienes se pusieron a hablar de él como si se hubiera ido.
Giges se asombró, y luego, examinando el anillo, dio vuelta al engaste hacia afuera y tornó a hacerse
visible. Al advertirlo, experimentó con el anillo para ver si tenía tal propiedad, y comprobó que así era:
cuando giraba el engaste hacia adentro, su dueño se hacía invisible, y cuando lo giraba hacia afuera,
se hacía visible. En cuanto se hubo cerciorado de ello, maquinó el modo de formar parte de los que
fueron a la residencia del rey como informantes y, una vez allí, sedujo a la reina y con ayuda de ella
mató al rey y se apoderó del reino.

Por consiguiente, si hubiesen dos anillos como el de Giges y se diera uno a un hombre justo y
otro a uno injusto, ninguno perseveraría en la justicia ni soportaría abstenerse de bienes ajenos,
cuando podría tanto apoderarse impunemente de lo que quisiera del mercado, como, al entrar en las
casas, acostarse con la mujer que prefiriera, y tanto matar a unos como librar de las cadenas a otros,
según su voluntad, y hacer todo como si fuera igual a un dios entre los hombres. En esto, el hombre
justo no haría nada diferente del injusto, sino que ambos marcharían por el mismo camino. E incluso
se diría que esto es una importante prueba de que nadie es justo si no es forzado a serlo, por no considerarse
a la justicia como un bien individual, ya que allí donde cada uno se cree capaz de cometer
injusticias, las comete. En efecto, todo hombre piensa que la injusticia le brinda más ventajas individuales
que la justicia, y está en lo cierto, si habla de acuerdo con esta teoría.
Tomado de: Platón IV, D. (1986). República, Traducción y notas de C. Eggers Lan, Madrid, Gredos

PREGUNTA 4. ¿Cuál de las siguientes afirmaciones contradice las ideas que presenta el autor?

Selecciona una de las siguientes respuestas posibles:

  • Algunas personas actúan justamente a pesar de poder actuar de manera injusta.

  • La injusticia, contrariamente a la justicia, es natural en el ser humano.

  • Actuar con justicia brinda menos ventajas que hacerlo con injusticia.

  • La injusticia, contrariamente a la justicia, se comete voluntariamente.

Explicación

Pregunta 5 de 11

1

Nadie es justo por voluntad sino porque no tiene el poder de cometer injusticias. Esto lo percibiremos
mejor si nos imaginamos las cosas del siguiente modo: demos tanto al justo como al
injusto el poder de hacer lo que cada uno de ellos quiere, y a continuación sigámoslos para observar
hasta dónde lo lleva a cada uno el deseo. Entonces sorprenderemos al justo tomando el
mismo camino que el injusto, siguiendo sus propios intereses, lo que toda criatura persigue por
naturaleza como un bien, pero que la fuerza de la ley obliga a seguir el camino del respeto por
la igualdad.

El poder del que hablo sería efectivo al máximo si aquellos hombres adquirieran una fuerza tal como
la que se dice que cierta vez tuvo Giges, el antepasado del lidio. Giges era un pastor que servía
al entonces rey de Lidia. Un día sobrevino una gran tormenta y un terremoto que rasgó la tierra y produjo
un abismo en el lugar en que Giges llevaba el ganado a pastorear. Asombrado al ver esto, descendió
al abismo y halló, entre otras maravillas que narran los mitos, un caballo de bronce, hueco y
con ventanillas, a través de las cuales divisó adentro un cadáver de tamaño más grande que el de un
hombre, según parecía, y que no tenía nada excepto un anillo de oro en la mano. Giges le quitó el anillo
y salió del abismo. Ahora bien, los pastores hacían su reunión habitual para dar al rey el informe
mensual concerniente a la hacienda, cuando llegó Giges llevando el anillo. Tras sentarse entre los demás,
casualmente volvió el engaste del anillo hacia el interior de su mano. Al suceder esto se tornó
invisible para los que estaban sentados allí, quienes se pusieron a hablar de él como si se hubiera ido.
Giges se asombró, y luego, examinando el anillo, dio vuelta al engaste hacia afuera y tornó a hacerse
visible. Al advertirlo, experimentó con el anillo para ver si tenía tal propiedad, y comprobó que así era:
cuando giraba el engaste hacia adentro, su dueño se hacía invisible, y cuando lo giraba hacia afuera,
se hacía visible. En cuanto se hubo cerciorado de ello, maquinó el modo de formar parte de los que
fueron a la residencia del rey como informantes y, una vez allí, sedujo a la reina y con ayuda de ella
mató al rey y se apoderó del reino.

Por consiguiente, si hubiesen dos anillos como el de Giges y se diera uno a un hombre justo y
otro a uno injusto, ninguno perseveraría en la justicia ni soportaría abstenerse de bienes ajenos,
cuando podría tanto apoderarse impunemente de lo que quisiera del mercado, como, al entrar en las
casas, acostarse con la mujer que prefiriera, y tanto matar a unos como librar de las cadenas a otros,
según su voluntad, y hacer todo como si fuera igual a un dios entre los hombres. En esto, el hombre
justo no haría nada diferente del injusto, sino que ambos marcharían por el mismo camino. E incluso
se diría que esto es una importante prueba de que nadie es justo si no es forzado a serlo, por no considerarse
a la justicia como un bien individual, ya que allí donde cada uno se cree capaz de cometer
injusticias, las comete. En efecto, todo hombre piensa que la injusticia le brinda más ventajas individuales
que la justicia, y está en lo cierto, si habla de acuerdo con esta teoría.
Tomado de: Platón IV, D. (1986). República, Traducción y notas de C. Eggers Lan, Madrid, Gredos

PREGUNTA 5. De los siguientes enunciados, ¿cuál presenta un supuesto subyacente a la afirmación “Todo hombre piensa que la injusticia le brinda más ventajas individuales que la justicia, y está en lo cierto, si habla de acuerdo con esta teoría”?

Selecciona una de las siguientes respuestas posibles:

  • La injusticia brinda las mismas ventajas individuales que la justicia.

  • La justicia, al igual que la injusticia, brinda ventajas individuales.

  • La injusticia, a diferencia de la justicia, brinda pocas ventajas individuales.

  • La justicia no brinda ninguna de las ventajas individuales que la injusticia brinda

Explicación

Pregunta 6 de 11

1

Nadie es justo por voluntad sino porque no tiene el poder de cometer injusticias. Esto lo percibiremos
mejor si nos imaginamos las cosas del siguiente modo: demos tanto al justo como al
injusto el poder de hacer lo que cada uno de ellos quiere, y a continuación sigámoslos para observar
hasta dónde lo lleva a cada uno el deseo. Entonces sorprenderemos al justo tomando el
mismo camino que el injusto, siguiendo sus propios intereses, lo que toda criatura persigue por
naturaleza como un bien, pero que la fuerza de la ley obliga a seguir el camino del respeto por
la igualdad.

El poder del que hablo sería efectivo al máximo si aquellos hombres adquirieran una fuerza tal como
la que se dice que cierta vez tuvo Giges, el antepasado del lidio. Giges era un pastor que servía
al entonces rey de Lidia. Un día sobrevino una gran tormenta y un terremoto que rasgó la tierra y produjo
un abismo en el lugar en que Giges llevaba el ganado a pastorear. Asombrado al ver esto, descendió
al abismo y halló, entre otras maravillas que narran los mitos, un caballo de bronce, hueco y
con ventanillas, a través de las cuales divisó adentro un cadáver de tamaño más grande que el de un
hombre, según parecía, y que no tenía nada excepto un anillo de oro en la mano. Giges le quitó el anillo
y salió del abismo. Ahora bien, los pastores hacían su reunión habitual para dar al rey el informe
mensual concerniente a la hacienda, cuando llegó Giges llevando el anillo. Tras sentarse entre los demás,
casualmente volvió el engaste del anillo hacia el interior de su mano. Al suceder esto se tornó
invisible para los que estaban sentados allí, quienes se pusieron a hablar de él como si se hubiera ido.
Giges se asombró, y luego, examinando el anillo, dio vuelta al engaste hacia afuera y tornó a hacerse
visible. Al advertirlo, experimentó con el anillo para ver si tenía tal propiedad, y comprobó que así era:
cuando giraba el engaste hacia adentro, su dueño se hacía invisible, y cuando lo giraba hacia afuera,
se hacía visible. En cuanto se hubo cerciorado de ello, maquinó el modo de formar parte de los que
fueron a la residencia del rey como informantes y, una vez allí, sedujo a la reina y con ayuda de ella
mató al rey y se apoderó del reino.

Por consiguiente, si hubiesen dos anillos como el de Giges y se diera uno a un hombre justo y
otro a uno injusto, ninguno perseveraría en la justicia ni soportaría abstenerse de bienes ajenos,
cuando podría tanto apoderarse impunemente de lo que quisiera del mercado, como, al entrar en las
casas, acostarse con la mujer que prefiriera, y tanto matar a unos como librar de las cadenas a otros,
según su voluntad, y hacer todo como si fuera igual a un dios entre los hombres. En esto, el hombre
justo no haría nada diferente del injusto, sino que ambos marcharían por el mismo camino. E incluso
se diría que esto es una importante prueba de que nadie es justo si no es forzado a serlo, por no considerarse
a la justicia como un bien individual, ya que allí donde cada uno se cree capaz de cometer
injusticias, las comete. En efecto, todo hombre piensa que la injusticia le brinda más ventajas individuales
que la justicia, y está en lo cierto, si habla de acuerdo con esta teoría.
Tomado de: Platón IV, D. (1986). República, Traducción y notas de C. Eggers Lan, Madrid, Gredos

PREGUNTA 6. ¿Cuál de las siguientes afirmaciones constituye una razón a favor de la tesis principal del texto anterior, a saber, que cuando alguien actúa justamente lo hace por obligación y no voluntariamente?

Selecciona una de las siguientes respuestas posibles:

  • La gente se ve obligada a actuar justamente.

  • Solo la igualdad garantiza el respeto por la ley.

  • La injusticia brinda las mismas ventajas individuales que la justicia.

  • Siempre que una persona cuente con la libertad para cometer injusticias lo hará.

Explicación

Pregunta 7 de 11

1

Nadie es justo por voluntad sino porque no tiene el poder de cometer injusticias. Esto lo percibiremos
mejor si nos imaginamos las cosas del siguiente modo: demos tanto al justo como al
injusto el poder de hacer lo que cada uno de ellos quiere, y a continuación sigámoslos para observar
hasta dónde lo lleva a cada uno el deseo. Entonces sorprenderemos al justo tomando el
mismo camino que el injusto, siguiendo sus propios intereses, lo que toda criatura persigue por
naturaleza como un bien, pero que la fuerza de la ley obliga a seguir el camino del respeto por
la igualdad.

El poder del que hablo sería efectivo al máximo si aquellos hombres adquirieran una fuerza tal como
la que se dice que cierta vez tuvo Giges, el antepasado del lidio. Giges era un pastor que servía
al entonces rey de Lidia. Un día sobrevino una gran tormenta y un terremoto que rasgó la tierra y produjo
un abismo en el lugar en que Giges llevaba el ganado a pastorear. Asombrado al ver esto, descendió
al abismo y halló, entre otras maravillas que narran los mitos, un caballo de bronce, hueco y
con ventanillas, a través de las cuales divisó adentro un cadáver de tamaño más grande que el de un
hombre, según parecía, y que no tenía nada excepto un anillo de oro en la mano. Giges le quitó el anillo
y salió del abismo. Ahora bien, los pastores hacían su reunión habitual para dar al rey el informe
mensual concerniente a la hacienda, cuando llegó Giges llevando el anillo. Tras sentarse entre los demás,
casualmente volvió el engaste del anillo hacia el interior de su mano. Al suceder esto se tornó
invisible para los que estaban sentados allí, quienes se pusieron a hablar de él como si se hubiera ido.
Giges se asombró, y luego, examinando el anillo, dio vuelta al engaste hacia afuera y tornó a hacerse
visible. Al advertirlo, experimentó con el anillo para ver si tenía tal propiedad, y comprobó que así era:
cuando giraba el engaste hacia adentro, su dueño se hacía invisible, y cuando lo giraba hacia afuera,
se hacía visible. En cuanto se hubo cerciorado de ello, maquinó el modo de formar parte de los que
fueron a la residencia del rey como informantes y, una vez allí, sedujo a la reina y con ayuda de ella
mató al rey y se apoderó del reino.

Por consiguiente, si hubiesen dos anillos como el de Giges y se diera uno a un hombre justo y
otro a uno injusto, ninguno perseveraría en la justicia ni soportaría abstenerse de bienes ajenos,
cuando podría tanto apoderarse impunemente de lo que quisiera del mercado, como, al entrar en las
casas, acostarse con la mujer que prefiriera, y tanto matar a unos como librar de las cadenas a otros,
según su voluntad, y hacer todo como si fuera igual a un dios entre los hombres. En esto, el hombre
justo no haría nada diferente del injusto, sino que ambos marcharían por el mismo camino. E incluso
se diría que esto es una importante prueba de que nadie es justo si no es forzado a serlo, por no considerarse
a la justicia como un bien individual, ya que allí donde cada uno se cree capaz de cometer
injusticias, las comete. En efecto, todo hombre piensa que la injusticia le brinda más ventajas individuales
que la justicia, y está en lo cierto, si habla de acuerdo con esta teoría.
Tomado de: Platón IV, D. (1986). República, Traducción y notas de C. Eggers Lan, Madrid, Gredos

PREGUNTA 7. ¿Cuál de las siguientes afirmaciones sintetiza adecuadamente las ideas contenidas en el
primer párrafo?

Selecciona una de las siguientes respuestas posibles:

  • El que alguien sea justo es un deber que se deriva de la conciencia moral que tienen todos
    los hombres.

  • El que alguien sea justo resulta de una imposición, pues toda persona sin las restricciones
    y exigencias de la ley buscará satisfacer sus deseos.

  • La justicia es una ilusión, ya que lo natural es que una persona busque cumplir sus deseos
    y alcanzar sus intereses, sin reparar en la igualdad que exige la ley.

  • La justicia es un ideal inalcanzable, ya que toda persona, por más justa que aparente ser,
    tiene intereses propios que pueden llevarla a cometer injusticias.

Explicación

Pregunta 8 de 11

1

Nadie es justo por voluntad sino porque no tiene el poder de cometer injusticias. Esto lo percibiremos
mejor si nos imaginamos las cosas del siguiente modo: demos tanto al justo como al
injusto el poder de hacer lo que cada uno de ellos quiere, y a continuación sigámoslos para observar
hasta dónde lo lleva a cada uno el deseo. Entonces sorprenderemos al justo tomando el
mismo camino que el injusto, siguiendo sus propios intereses, lo que toda criatura persigue por
naturaleza como un bien, pero que la fuerza de la ley obliga a seguir el camino del respeto por
la igualdad.

El poder del que hablo sería efectivo al máximo si aquellos hombres adquirieran una fuerza tal como
la que se dice que cierta vez tuvo Giges, el antepasado del lidio. Giges era un pastor que servía
al entonces rey de Lidia. Un día sobrevino una gran tormenta y un terremoto que rasgó la tierra y produjo
un abismo en el lugar en que Giges llevaba el ganado a pastorear. Asombrado al ver esto, descendió
al abismo y halló, entre otras maravillas que narran los mitos, un caballo de bronce, hueco y
con ventanillas, a través de las cuales divisó adentro un cadáver de tamaño más grande que el de un
hombre, según parecía, y que no tenía nada excepto un anillo de oro en la mano. Giges le quitó el anillo
y salió del abismo. Ahora bien, los pastores hacían su reunión habitual para dar al rey el informe
mensual concerniente a la hacienda, cuando llegó Giges llevando el anillo. Tras sentarse entre los demás,
casualmente volvió el engaste del anillo hacia el interior de su mano. Al suceder esto se tornó
invisible para los que estaban sentados allí, quienes se pusieron a hablar de él como si se hubiera ido.
Giges se asombró, y luego, examinando el anillo, dio vuelta al engaste hacia afuera y tornó a hacerse
visible. Al advertirlo, experimentó con el anillo para ver si tenía tal propiedad, y comprobó que así era:
cuando giraba el engaste hacia adentro, su dueño se hacía invisible, y cuando lo giraba hacia afuera,
se hacía visible. En cuanto se hubo cerciorado de ello, maquinó el modo de formar parte de los que
fueron a la residencia del rey como informantes y, una vez allí, sedujo a la reina y con ayuda de ella
mató al rey y se apoderó del reino.

Por consiguiente, si hubiesen dos anillos como el de Giges y se diera uno a un hombre justo y
otro a uno injusto, ninguno perseveraría en la justicia ni soportaría abstenerse de bienes ajenos,
cuando podría tanto apoderarse impunemente de lo que quisiera del mercado, como, al entrar en las
casas, acostarse con la mujer que prefiriera, y tanto matar a unos como librar de las cadenas a otros,
según su voluntad, y hacer todo como si fuera igual a un dios entre los hombres. En esto, el hombre
justo no haría nada diferente del injusto, sino que ambos marcharían por el mismo camino. E incluso
se diría que esto es una importante prueba de que nadie es justo si no es forzado a serlo, por no considerarse
a la justicia como un bien individual, ya que allí donde cada uno se cree capaz de cometer
injusticias, las comete. En efecto, todo hombre piensa que la injusticia le brinda más ventajas individuales
que la justicia, y está en lo cierto, si habla de acuerdo con esta teoría.
Tomado de: Platón IV, D. (1986). República, Traducción y notas de C. Eggers Lan, Madrid, Gredos

PREGUNTA 7. Dada la estructura del texto anterior, ¿qué propósito general tiene el autor al introducir el
relato sobre el anillo de Giges, y cómo lo alcanza?

Selecciona una de las siguientes respuestas posibles:

  • Promover en la audiencia la idea de que es más ventajoso seguir el camino de la injusticia.
    El caso de Giges muestra cómo obtuvo beneficios gracias al comportamiento injusto que
    le posibilitó el anillo.

  • Convencer a la audiencia de que todo hombre cometerá injusticias cuando tenga la oportunidad.
    Así lo hizo Giges una vez descubrió el poder que le otorgaba el anillo.

  • Reforzar en la audiencia la idea de que todos cometemos injusticias. El caso de Giges ilustra
    cómo las personas aparentemente justas en realidad cometen grandes injusticias.

  • Persuadir a la audiencia de que actuar justamente requiere mucha fuerza de voluntad. En
    el caso de Giges, la tentación derivada del poder del anillo doblegó su voluntad.

Explicación

Pregunta 9 de 11

1

Son las redes sociales una ventaja para compartir información o un problema que afecta a la
privacidad de cada uno? Ciertamente, las redes sociales, entre las que destacan, por ejemplo,
Facebook y Twitter son estructuras impuestas por un grupo de personas, que están conectadas
por uno o varios tipos de relaciones, con la nalidad de compartir intereses, información. . . De
hecho, el propio Mark Zuckerberg ha denido este fenómeno diciendo: Las redes son el principio
de un nuevo comienzo para el ser humano.
Por una parte estas redes se han convertido en todo un fenómeno social pues está revolucionando
la forma de comunicarse y de interactuar. En efecto, su capacidad para hacer llegar la información
a cualquier parte del mundo en un tiempo record y la posibilidad de establecer relación con más
personas de manera sencilla han hecho, sin duda, de este tipo de comunicación una de las más
conocidas y aclamadas en todo el mundo. También permite acudir a acontecimientos y participar
en actos y conferencias. Pero las redes sociales no solo tienen ventajas. Según el reciente informe
de la Agencia Española de Protección de Datos, más del 40
En denitiva yo creo que las redes sociales son un magnico instrumento para comunicarse e
intercambiar opiniones, pero no debemos usarlas sin ningún control porque pueden volverse un
peligro para nuestra seguridad y privacidad.
Tomado y adaptado de: López Carlos, alumno de 4° Antonio Machado de Jaé

PREGUNTA 9. En el segundo párrafo del texto el conector pero cumple la función de:

Selecciona una de las siguientes respuestas posibles:

  • oponer dos ideas.

  • agregar información.

  • repetir una información

  • mostrar una consecuencia.

Explicación

Pregunta 10 de 11

1

Son las redes sociales una ventaja para compartir información o un problema que afecta a la
privacidad de cada uno? Ciertamente, las redes sociales, entre las que destacan, por ejemplo,
Facebook y Twitter son estructuras impuestas por un grupo de personas, que están conectadas
por uno o varios tipos de relaciones, con la nalidad de compartir intereses, información. . . De
hecho, el propio Mark Zuckerberg ha denido este fenómeno diciendo: Las redes son el principio
de un nuevo comienzo para el ser humano.
Por una parte estas redes se han convertido en todo un fenómeno social pues está revolucionando
la forma de comunicarse y de interactuar. En efecto, su capacidad para hacer llegar la información
a cualquier parte del mundo en un tiempo record y la posibilidad de establecer relación con más
personas de manera sencilla han hecho, sin duda, de este tipo de comunicación una de las más
conocidas y aclamadas en todo el mundo. También permite acudir a acontecimientos y participar
en actos y conferencias. Pero las redes sociales no solo tienen ventajas. Según el reciente informe
de la Agencia Española de Protección de Datos, más del 40
En denitiva yo creo que las redes sociales son un magnico instrumento para comunicarse e
intercambiar opiniones, pero no debemos usarlas sin ningún control porque pueden volverse un
peligro para nuestra seguridad y privacidad.
Tomado y adaptado de: López Carlos, alumno de 4° Antonio Machado de Jaé

PREGUNTA 10. El tercer párrafo del texto tiene la función de

Selecciona una de las siguientes respuestas posibles:

  • establecer el tiempo en el que se emite la información.

  • mostrar un ejemplo de lo que puede suceder en las redes

  • dar un cierre al texto a forma de conclusión de la información

  • relacionar las ideas presentes a lo largo del texto sobre las redes

Explicación

Pregunta 11 de 11

1

Son las redes sociales una ventaja para compartir información o un problema que afecta a la
privacidad de cada uno? Ciertamente, las redes sociales, entre las que destacan, por ejemplo,
Facebook y Twitter son estructuras impuestas por un grupo de personas, que están conectadas
por uno o varios tipos de relaciones, con la nalidad de compartir intereses, información. . . De
hecho, el propio Mark Zuckerberg ha denido este fenómeno diciendo: Las redes son el principio
de un nuevo comienzo para el ser humano.
Por una parte estas redes se han convertido en todo un fenómeno social pues está revolucionando
la forma de comunicarse y de interactuar. En efecto, su capacidad para hacer llegar la información
a cualquier parte del mundo en un tiempo record y la posibilidad de establecer relación con más
personas de manera sencilla han hecho, sin duda, de este tipo de comunicación una de las más
conocidas y aclamadas en todo el mundo. También permite acudir a acontecimientos y participar
en actos y conferencias. Pero las redes sociales no solo tienen ventajas. Según el reciente informe
de la Agencia Española de Protección de Datos, más del 40
En denitiva yo creo que las redes sociales son un magnico instrumento para comunicarse e
intercambiar opiniones, pero no debemos usarlas sin ningún control porque pueden volverse un
peligro para nuestra seguridad y privacidad.
Tomado y adaptado de: López Carlos, alumno de 4° Antonio Machado de Jaé

PREGUNTA 11. En el primer párrafo, el conector que permite adicionar información frente a lo que se está diciendo es:

Selecciona una de las siguientes respuestas posibles:

  • Ciertamente.

  • De hecho.

  • Por ejemplo

  • Es decir.

Explicación