Las preguntas 2 a 9 son de comprensión lectora generadas a partir del siguiente texto:
“EL VÍNCULO ENTRE LO GEOMÉTRICO Y LO GEOGRÁFICO, COMO MOVILIZADOR DEL PENSAMIENTO ESPACIAL EN NIÑOS Y NIÑAS DEL GRADO TRANSICIÓN”.
(Fragmento del marco teórico con relación al desarrollo de nociones espaciales )
BIVIANA FARLEY LONDOÑO R. JANETH ARIAS G.
LILIANA ALVAREZ B. LINA MARCELA SIERRA M.
https://www.academia.edu/8230209/El_v%C3%ADnculo_entre_lo_geom%C3%A9trico_y_lo_geogr%C3%A1fico_como_movilizador_del_pensamiento_espacial_en_ni%C3%B1os_y_ni%C3%B1as_de_grado_transici%C3%B3n
DESARROLLO DE LAS NOCIONES ESPACIALES
Halloway (1993), citado por Gustazo Zorzoli, estudió la evolución del pensamiento espacial en los niños de corta edad, postulando que éstos pasan por tres estadios: espacio vivido, espacio percibido y espacio concebido, los cuales son parte fundamental en la construcción de este pensamiento y que uno siempre será consecuente con el otro.
ESPACIO VIVIDO
“Es el que configuran los niños de corta edad, hasta los 3 ó 4 años. Es ese espacio que los niños recorren, tocan, palpan, sienten, y que generalmente está relacionado con espacios pequeños: el aula, los rincones, el estar debajo de la mesa.” Este espacio aparece en primera instancia como algo desestructurado, carente de una organización objetiva. “Es un espacio subjetivo, ligado a sus vivencias afectivas, a sus acciones, un espacio en el que los objetos carecen de una forma y un tamaño preciso, en función de la perspectiva con que se les contempla”. A sí, el movimiento que el niño descubre en su entorno, adquiere y actualiza sus habilidades motrices, y al mismo tiempo el niño está en permanente construcción cognitiva desde sus percepciones. Es acá donde él tiene la posibilidad de aprender del mundo físico o de los objetos de su espacio inmediato y la actividad motora se hace indispensable para acceder al conocimiento, pues básicamente se desarrolla en los desplazamientos (marchas, carreras y saltos) y en los movimientos con los objetos. (Lanzamientos y recepciones) Para la enseñanza de las nociones geométricas básicas el espacio vivido juega un papel importante, pues “el espacio del niño está lleno de elementos geométricos con significados concretos para él: puertas, ventanas, mesas, pelotas, etc. En su entorno cotidiano, en su barrio, en su casa, en su colegio, en sus espacios de juego, aprende a organizar mentalmente el espacio que lo rodea”. Es a partir de éste contexto donde se pueden desarrollar las enseñanzas geométricas, pues es una forma que resulta significativa para los niños “el estudio de su entorno próximo y familiar, por la motivación e interés que puede despertar y por ser fuente inagotable de objetos susceptibles de observación y manipulación”
ESPACIO PERCIBIDO
“Es la posibilidad que tienen los niños un poco mayores de comprender el espacio sólo por su percepción visual (recordemos que el 85 % de la información que recibimos es visual). Es la posibilidad que tienen los chicos de recorrer el patio sin caminarlo, de decir que algo está lejos sólo con verlo. A través de las diferentes edades se van a tener percepciones distintas, ya que éstas van ligadas al caudal de información que se va integrando”. Pero la percepción del espacio sólo se logra por medio de la organización lógica del espacio exterior, el conocimiento del propio cuerpo y el adecuado desarrollo de la lateralidad. Es importante en esta etapa establecer puntos de referencia en el entorno que permitan a los niños situarse y desplazarse por él, así como dar y recibir instrucciones de forma convencional partiendo siempre de su punto de vista (izquierda, derecha, giro, distancia, desplazamiento).
ESPACIO CONCEBIDO REPRESENTACIÓN MENTAL ¿IMAGINERIA?
“Es el espacio que los niños van construyendo y está formado por todas las concepciones, imágenes, conceptos geométricos que les permiten ya no tener que tocar el espacio, no tener que verlo, sino simplemente imaginarlo. En este estadio, el niño puede explicar un recorrido sin verlo.” El pasar de un enfoque subjetivo (espacio vivido y percibido), centrado en el propio ser, al establecimiento de relaciones independientes entre los objetos que ocupan el espacio, constituye uno de los mayores obstáculos en todo el proceso de estructuración espacial, hasta el punto que es frecuente que para orientarse el sujeto tenga que imaginarse o incluso colocarse en la posición requerida, porque sin el cuerpo como referencia se es incapaz de conseguirlo. Puede concluirse, que para un niño ir de un lugar a otro necesita recorrerlo si está en la etapa del espacio vivido. Necesita ver el recorrido si está en el espacio percibido. Cuando está en la etapa del espacio concebido, puede explicar un recorrido sin verlo.
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