Creado por Luis Torres
hace alrededor de 5 años
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Aportes de la ontología del lenguaje y del coaching ontológico a la administración de conflictos en las organizaciones 1 Los problemas no pueden ser resueltos pensando en la misma forma que pensábamos cuando se crearon. Albert Einstein 1. Introducción y objetivos El presente capítulo tiene por objetivo invitarnos a reflexionar respecto de: ? La particular dinámica interna de cada organización y cómo ésta incide en el modo en que se resuelven los problemas y conflictos con los que se ve confrontada en el día a día ? El escenario contemporáneo en el que están insertas las organizaciones y los requerimientos de las mismas para mantener una ventaja competitiva Entre algunos factores que hacen a la particular dinámica de cada organización podemos distinguir: Cómo se da el flujo de la comunicación intra / interdepartamental Cómo se formulan y cumplen los pedidos Cómo se construye confianza y sinergia Cómo se honran los compromisos y su impacto en las acciones futuras Cuál es la ruta que se emplea con mayor frecuencia para resolver los problemas y conflictos Cuál es el camino para capitalizar la experiencia adquirida En suma cuáles son los parámetros y los estándares desde dónde nos manejamos y evaluamos las situaciones que se nos presentan tanto a nivel humano como productivo. Por otra parte, la imagen tradicional del gerente como experto en su área, está transformando, ante la necesidad cada vez mayor contar con visión global de la empresa y del negocio, hacia la de un líder con capacidad de pensar un problema desde las perspectivas de diferentes sectores (técnico, financiero, comercial, estratégico, de recursos humanos, etcétera) y reinterpretar la realidad en la que se halla inmerso. De aquí a introducirnos en la temática del aprendizaje, sólo hay un paso. Parafraseando a Peter Senge, “una organización aprendiente” es aquella en la que los integrantes saben rescatar de sus experiencias cotidianas los aprendizajes, a fin de repetir los éxitos y evitar transferir lo que no funciona a otras situaciones. El Coaching Ontológico en tanto metodología que se basa en la Ontología del Lenguaje 2 , se constituye en un aporte de gran valía en este camino de desarrollo y crecimiento personal tanto como organizacional. Complementa la visión que propone Peter Senge, al proporcionar un espacio de reflexión y de evaluación, a la vez que brinda herramientas para enriquecer la labor cotidiana. Al decir de Fernando Flores 3 –uno de los precursores de esta mirada sobre el ser humano– “una organización está constituida por redes dinámicas de conversaciones y redes estables de compromisos”, en las que se describen hechos, se intercambian opiniones sobre cómo “hacer las cosas” dentro de cada cultura organizacional; se formulan pedidos y ofertas, y la manera en que se cumplen va construyendo confianza tanto entre los clientes internos como externos. A través de las conversaciones que se entablan, se coordinan acciones así como también se abren o se cierran posibilidades, dependiendo de cómo las mismas se hayan ido desarrollando. En este sentido el Coaching Ontológico nos permite ampliar las competencias comunicacionales al relacionarnos con las personas con las que interactuamos diariamente: recibir, emitir y fundamentar juicios críticos, hacer pedidos efectivos y ofrecimientos que respondan a las necesidades planteadas así como también aprender a evaluar las condiciones emocionales que afecten al desempeño incidiendo de esta forma en el clima laboral y en los niveles de estrés presentes y en consecuencia en la productividad. 2. Una mirada sobre la ontología del lenguaje La mirada ontológica permite explorar las interpretaciones que las personas, los equipos y las compañías tienen sobre su quehacer y cómo éstas condicionan las posibilidades de accionar y lograr los resultados a los que se aspira. Dichas creencias acerca de cómo nos interpretamos a nosotros mismos, a los demás y al mundo, se fueron construyendo a lo largo de nuestras experiencias vitales y a través de nuestra interacción familiar, social, educativa y laboral. Cada persona tiene una forma de pensar y de organizar sus percepciones, que conforma su particular cosmovisión del mundo relacionada con su propia escala de valores y sus estas modalidades personales, se internalizan una serie de “patrones fijos de respuestas” esperables en nuestro entorno social y cultural. Al interrelacionarnos con otras personas y con el mundo que nos rodea, partimos de un cierto modelo de realidad. Este modelo nos orienta en cómo observamos y en las conclusiones a las que llegamos. A partir del mismo construimos y reconocemos significados e interpretamos lo que acontece. Nuestros valores y nuestros mapas mentales tienen un efecto silencioso y permanente en las decisiones que tomamos. Autores como Paul Watzlawick y Gregory Bateson, entre otros, quienes se interesaron en estudiar el campo de la comunicación humana, concluyeron que los seres humanos tendemos a guiarnos en nuestra relación con los otros y con el mundo que nos rodea a partir de ciertos supuestos, que tomamos como axiomas y damos por sentado que: El modo en que percibimos las cosas corresponde a la realidad objetiva Todas las personas, por compartir la condición de seres humanos, perciben el mundo de la misma forma, tienen los mismos puntos de referencia y por ende llegan a las mismas conclusiones
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