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Los niños recogen muy bien la información y tienen una capacidad de transformación muy rápida. Es mejor emitirles pocas frecuencias y durante tiempo cortos, usando el agua grabada como refuerzo. La norma general es utilizar el protocolo, empleando pocas frecuencias. Los niños pequeños tienen reacciones muy rápidas, por lo que cualquier episodio agudo habrá de tomarse como una urgencia médica y ser llevado por un pediatra.
Los recién nacidos están completamente abiertos, recogen la información de inmediato. Utilizar solo el led, y en periodos breves, de unos 30 segundos. Un buen lugar para emitir las frecuencias son las plantas de los pies. Frecuencias florales recomendadas. Estrella de Belén. Ayuda mucho en las primeras semanas a disolver el trauma del parto. Clematis. Ayuda a encarnar, a hacerse con el cuerpo. Mímulo. Para traspasar el sentimiento de indefensión.
Es recomendable utilizar sólo el led aún con las frecuencias físicas, excepto en heridas y otros casos muy localizados.
Utilizar el led en lugar de las gafas, y frecuencias mentales en lugar de sesiones. Hasta los seis o siete años el campo emocional del niño tiene estas características: Es muy intenso. Está vinculado a los de los padres y es una prolongación de ellos, en especial de el de la madre. Somatizan las emociones muy rápido.Frecuencias físicas Las que correspondan por signos y síntomas. Frecuencias para la conciencia. Lo que más necesita un niño para crecer es amor. La frecuencia "La" de Solfeggio será útil en muchos casos.Las frecuencias de los chakras: 1: Conflictos relacionados con la tribu, y arraigo en tierra. Es la más necesaria. 2: Conflictos en las relaciones, los territorios personales. 3: En algunos casos de inseguridad o prepotencia puede ser conveniente.
Aquí podemos utilizar casi las mismas pautas que en los adultos. Emplearemos menos frecuencias porque los niños responden más rápido a la información y conviene que no se disperse la respuesta por exceso de información. La situación familiar con estas edades es muy influyente y será necesario también considerar el estado de los padres. Y por último tener en cuenta que en biocomunicación no pretendemos curar nosotros sino ayudar a activar los mecanismos de autosanación permitiendo que la inteligencia de la Naturaleza actúe. Esto se cumple especialmente en los niños, que conservan sin contaminar mucha de su información original.
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