Creado por Alba Hernandez
hace más de 7 años
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UN NUEVO MAPA DE EUROPAAl acabar la guerra, se forjó un nuevo mapa de Europa que marcó el futuro de esta. Los cuatro grandes imperios de Turquía, Austro-Hungría, Rusia y Alemania desaparecieron, dando lugar a muchos de los estados actuales. Alemania fue la más desfavorecida ya que los vencedores consideraban que era la culpable de todo lo que había ocurrido. Perdió Alsacia y Lorena, que volvieron a manos de los franceses. La Sociedad de Naciones se quedó con la zona del Sarre, uno de los territorios más ricos industrialmente de Europa. Por el este, Algunos territorios pasan a Polonia. En el norte una pequeña parte se la queda Dinamarca. Por su parte Rusia da lugar a los actuales estados de Lituania, Letonia, Estonia y Finlandia por la zona del mar Báltico. Una parte de Rusia también es cedida a Polonia. El Imperio Austro-Húngaro quedó reducido a lo que hoy es Austria y a partir de él se formaron Yugoslavia, con parte del imperio Austro- Húngaro, Serbia y Montenegro, que actualmente son los países de Bosnia- Herzegovina, Serbia, Montenegro, Croacia, Macedonia y Eslovenia. También se formó Hungría, Checoslovaquia, en la actualidad Chequia y Eslovaquia. Finalmente Polonia y la parte este del Imperio Austro-Húngaro, pasó a parte de Polonia. En el norte de Italia también aumentó sus posesiones a costa del Imperio Austro-Húngaro.El Imperio Otomano conservó la ciudad de Estambul en Europa.
¿SEGUIREMOS TROPEZANDO EN LA MISMA PIEDRA? La economía ha sido y es el motor de la vida en los estados del bienestar. Por ello cuando surgen crisis económicas nuestra estabilidad se tambalea, perdemos la seguridad en nuestro mundo cotidiano y nos vemos abocados a fuertes crisis sociales. Para comprender esta afirmación analizaremos y compararemos dos crisis: el crac de 1929 y la crisis del 2008. El crac de 1929 se produce por un desajuste entre el valor real de las acciones y el precio al que se venden. Por otro lado en la crisis de 2008, existe, también, un desajuste entre el valor real de los bienes inmuebles y el precio de los mismos. Las dos crisis arrancan por una gestión económica irreal, basada en valores ficticios. En ambos casos hay una burbuja especulativa. Estos deterioros económicos se producen por hechos similares aunque los ingredientes sean diferentes.¿Para qué se especula? ¿Qué quieren lograr con estas estrategias económicas? El objetivo, tanto en 1929 como en el 2008 es aumentar la inversión en las empresas. En el crack del 29 se trata de aumentar la inversión mediante la venta de acciones y en la crisis de 2008 se basa en bajar los intereses para aumentar la inversión en la industria. Los medios para llegar al objetivo son diferentes pero la dirección y la estrategia es muy similar en las dos crisis.Tanto en 2008 como en el crac del 29 se producen crisis financieras de carácter mundial. Ambas empiezan en Estados Unidos pero mediante las conexiones internacionales de las finanzas estas se trasladan a todo el planeta.En el crac del 29 son los agricultores, que ven subir sus beneficios debido a la demanda de productos de la Primera Guerra Mundial, quienes empiezan a solicitar préstamos al banco para engrandecer sus plantaciones y generar más riqueza. Esto mismo ocurre en la crisis del 2008: las personas con escasos recursos, al ver que los intereses pactados por los bancos bajan, piden préstamos, ya que vislumbran la posibilidad de comprarse una casa. En una y en otra crisis toda la sociedad se empobrece, excepto una minoría muy selecta, siendo las clases sociales más perjudicadas las humildes. Es así como se provocan las fuertes desigualdades que desestabilizan la estructura social. La sociedad de una y otra época establece un ciclo económico: Las personas, convencidas de que conseguirán más beneficios, piden préstamos al banco. Los beneficios que pensaban ganar, nunca llegan. Esto hace que no puedan pagarle a los bancos y se endeuden. En ambas crisis las personas confían en “el dinero de aire”, ese dinero que al final nunca llega, ese dinero que provoca que todo un país, todo el mundo, caiga en crisis. Una de las principales diferencias que se aprecia entre una crisis y otra es que una ocurre en el ámbito bursátil y la otra, la crisis de 2008, surge en el ámbito inmobiliario; la primera es una burbuja bursátil, la segunda una burbuja inmobiliaria. Se rompe la burbuja y se desencadena la crisis. Otra gran diferencia es el momento en que se producen: El crac de la bolsa, ocurre en 1929. Sin embargo, la crisis de 2008, como su propio nombre indica, ocurre en el siglo veintiuno. Hay muchos años de diferencia entre una y otra por lo que la sociedad, las costumbres, el modo de vida, los avances tecnológicos que rodean estos periodos de crisis son, también, diferentes. Las dos aparecen después de una época de bonanza y felicidad por lo que las personas se ven obligadas a adaptarse a una nueva vida, más pobre y envuelta en el desequilibrio. Muchos no son capaces. Esto da lugar a numerosos suicidios y enfermedades de carácter psíquico, como las depresiones.El análisis y comparación de estas dos crisis, tan parecidas, tan lejanas en el tiempo, nos llevan a pensar que a pesar del paso de los años, se han cometido los mismos errores. Quizá tras la reflexión consigamos aprender y no seguir tropezando en la misma piedra. Alba Hernández Ramos
ALEGATOSALEGATO FRANCÉSAunque ha terminado la guerra y nos encontramos en un período de paz, hemos sido nosotros los vencedores, y Alemania, merece ser castigada por todos los daños, que de un modo u otro nos ha causado. Quiero tener la máxima garantía de que tal guerra no volverá a suceder. Esta es mi tesis central, que apoya la postura que debemos mantener todos tras la guerra, con los perdedores. Alemania ha sido el motor de este conflicto por lo que centraremos nuestra propuesta en este país; sin olvidarnos de que los demás países también recibirán castigos más leves. Para evidenciar lo explicado anteriormente, me voy a apoyar en tres argumentos.El primero de ellos es que nosotros hemos sido los vencedores de esta contienda y por ello hemos adquirido unos derechos. En consecuencia, para que nuestros derechos sean respetados, exijo que Alemania pague por los daños causados. El ejercicio de estos derechos se convierte en realidad al imponer el castigo sobre los perdedores: los franceses hemos ganado la guerra y esto nos otorga una superioridad. Este castigo traerá la estabilidad a Europa. Por su parte, los países vencidos, deberán acatar las decisiones tomadas que, por derecho, están en manos de los vencedores.Mi segundo argumento se basa en que necesitamos tener garantías de que no volverá a ocurrir un conflicto tan sangriento; para que este objetivo se cumpla es preciso despojar a Alemania de su riqueza y su fuerza militar. De algún modo hay que enseñar a los vencidos que esto no se puede volver a repetir. Es un aprendizaje que servirá de ejemplo para todos los países. Ni debemos, ni podemos dejar la riqueza y la fuerza militar en manos de los vencidos o nos veremos abocados a otro desastre.Mi tercer y último argumento se basa en la culpabilidad de los alemanes, fueron ellos los causantes de esta guerra y deberán ser ellos los que nos compensen. Tras el asesinato de Francisco Fernando pudieron no alentar a los austrohúngaros, pero no lo hicieron. Tomaron decisiones equivocadas, al atacar a Francia y al desestimar las posibilidades de resolver el conflicto de forma pacífica. Impulsaron la guerra pensando que ganarían adquiriendo así, los derechos de los vencedores. Esta arrogancia les convierte en causantes del conflicto y por ello deberán compensar a los vencedores.Por todo lo expuesto concluyo que los franceses demandamos que los vencidos, y especialmente Alemania, paguen por los daños causados y cumplan su castigo.ALEGATO NORTEAMERICANOTras esta guerra, se necesita fomentar una convivencia pacífica que no dé lugar a nuevos odios y venganzas. No podemos generar los sentimientos encontrados que nos lleven a enfrentamientos de unos contra otros. Para explicar esta tesis voy a apoyarme en tres propuestas:En primer lugar hay que crear una organización que proteja a todos los países frente a la agresión, respetando, así, los derechos de cada uno de ellos. Si lo hacemos de este modo, estaremos construyendo una convivencia pacífica.La segunda propuesta para lograr esta convivencia pacífica es someter todas las discusiones al diálogo a través de un mediador, que no tenga intereses y, en ningún caso, alimente el deseo de conflicto armado de los países. Todos los países serán escuchados, tomando las resoluciones que sean más justas y favorezcan la convivencia pacífica. Además, en el hipotético caso de que vuelan a surgir conflictos, se debe reducir y destruir el armamento que posean.La última propuesta es que todos los países que han participado en el conflicto aporten dinero para crear un fondo común, siendo esta aportación, directamente proporcional a los daños causados por ese país. De esta forma habrá una aportación justa y ningún país se sentirá menospreciado. Concluyo mi alegato diciendo que si seguimos estas propuestas el mundo entrará en una fase de diálogo y convivencia pacífica, más rica y productiva, por lo que supondrá un beneficio para todos, un mejor modo de vida y un crecimiento de los países. ALEGATO ALEMÁNAl igual que todos los países que han participado en esta guerra, los alemanes también hemos sufrido mucho. A los terribles daños ocasionados en el conflicto, se une la carga intolerable que los países vencedores, con Francia como líder, nos quieren imponer: el pago y la compensación de todos los daños, los ocasionados por nosotros y los ocasionados por ellos.Me manifiesto en contra de esta culpabilidad que se nos ha imputado. Nosotros no somos los únicos responsables de la guerra. Somos los perdedores, los que más muertes y daños hemos sufrido; no es justo que por haber perdido se nos impongan más cargas. Considero que es desproporcionado e injusto. Tres argumentos apoyan esta tesis central:El primero se basa en el sufrimiento del pueblo alemán. Hemos realizado un gran esfuerzo en la guerra, hemos perdido recursos, nuestras casas, nuestros hombres jóvenes. A pesar de ello, nos han ganado. Estamos derrotados física, económica y moralmente. Nosotros ya hemos recibido nuestro castigo, pero Francia, además, quiere vernos humillados, quiere venganza y destrucción.El segundo argumento por el que considero que no es justo el castigo impuesto por los vencedores se apoya en las luchas y tensiones existentes en nuestro propio país. La sociedad se encuentra incómoda, triste, descontenta. Este malestar se agrava con la pérdida de parte de nuestros territorios del Ruhr, con las cargas que pretenden que paguemos y con la humillación moral. El pueblo alemán no podrá levantarse pues es mucho el peso que se está cargando sobre sus hombros.Mi último argumento hace referencia a la marginación a la que nos someten al no querer escucharnos. En esta conferencia nadie nos apoya ni nos representa. Nuestras palabras no importan, se menosprecian nuestras opiniones y nuestro sufrimiento. Si de verdad quieren crear la paz, este no es el camino. Francia está alimentando el odio y la venganza de su pueblo contra los alemanes. Esto está creando una separación insalvable, que se perpetuará durante años y que si, en algún momento, el pueblo alemán logra recuperar sus fuerzas y su hegemonía, se verá en la obligación de pedir cuentas por lo que hoy se está haciendo con él. Pido que no se dejen conducir por la enemistad que Francia nos profesa a los alemanes y actúen en beneficio de todos, con pautas justas y equilibradas.Finalizo mi alegato solicitando la comprensión de los vencedores, que entiendan que esta guerra nos ha mutilado, ha sido un fuerte castigo para el pueblo alemán destruído y abatido por la situación. Pido que no se dejen conducir por la enemistad que Francia nos profesa a los alemanes y actúen en beneficio de todos, con pautas justas y equilibradas.
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