Son trastornos de la eficiencia motriz que incapacitan al niño para realizar determinados movimientos o ciertos gestos. Piaget define la apraxia como un sistema de movimientos coordinados en función de un resultado o de una intención; por lo tanto cuando existe la imposibilidad de la concepción del movimiento o de la ejecución del mismo, sobreviene la apraxia.
Se presenta una apraxia cuando los movimientos del niño son lentos y mal coordinados; también, si no puede reproducir figuras gráficamente o con el gesto y cuando hay una desorganización del esquema corporal al perder los puntos de referencia (arriba, abajo, izquierda, derecha). En este último caso, aparecen la dificultad gestos imples o complejos y el desconocimiento de las pares del cuerpo.
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En ocasiones las apraxias afectan a una parte del cuerpo o una determinada función de la actividad gestual. Puede haber apraxias faciales, postulares, verbales.
Otros problemas que llegan a presentarse son las sincinesias, que consisten en movimientos simétricos asociados. Un movimiento voluntario (mover la mano) trae como consecuencia otro movimiento involuntario (la otra mano realiza el mismo movimiento).
Las sincinesias son normales hasta los 10 ó 12 años; después deberían desaparecer poco a poco, o se requerirá del auxilio del psicomotricista.