las explicaciones toman una
nueva dimensión, el docente no se dedica a escribir sobre la pizarra, de
la forma tradicional. Es posible reciclar los recursos tradicionales que
el docente posee. Vídeos existentes en la red, contenidos en los
materiales complementarios que aportan las editoriales.
Creando escritorios por áreas y trabajando con la Internet del centro.
A veces cuesta
trabajo enfrentarnos a una herramienta desconocida. El miedo es lógico y mucho
más cuando estamos delante de un grupo numeroso de alumnos/as que además,
debemos controlar y no podemos perder de vista. Muchos docentes son
reacios al uso de tecnología dentro del aula por los problemas que pueden
surgir y el posible descontrol que se puede producir.
La clase magistral
expositiva, realizada sólo por el profesorado, puede enriquecerse con la
participación del alumnado. El profesorado debe compartir con el
alumnado sus recursos, de dónde ha obtenido la información sobre un tema
concreto, qué recursos usamos normalmente, qué páginas web son nuestras
favoritas, los programas informáticos que nos gustan y usamos, videotecas y
bibliotecas, etc.
La motivación y el interés
del alumnado aumenta con el uso de la PDI. Tal y como se recoge en muchos
documentos, la posibilidad de disponer de multitud de recursos en el aula
es un medio para que el docente de respuesta a las diferencias que se
pueden plantear:
Elegir el tamaño de las
fuentes de texto en las explicaciones.
Usar colores y objetos
determinados.
Abrir navegadores de
páginas web específicos y según determinadas necesidades.
Trabajar con recursos
concretos existentes que facilitan el trabajo de todo el alumnado.
Establecer estrategias de
motivación y de refuerzo, a través de actividades diseñadas y realizadas
con la PDI.
Realizar labores de
orientación y recomendación para la resolución de actividades
determinadas, a la vista de todos y con el apoyo del alumnado.
Desarrollar estrategias de
colaboración y creación de grupos de trabajo heterogéneos que,
posteriormente, expondrán los resultados de las tareas encomendadas,
facilitando la integración y la participación de todos los implicados.
La frase de una imagen vale
más que mil palabras toma fuerza con la pizarra digital. A veces nos hemos
visto en la necesidad de mostrar una página web o presentar un determinado
programa informático, casi sin poder enseñar cómo se hacía. Cuántas veces
nos hemos visto en la tesitura de decir aquello de: subrayáis la palabra,
pulsáis el botón derecho del ratón y veréis que pone copiar, luego lo
señaláis y ya está copiado en el portapapeles. Con la PDI eso ya no
sucede.
Uno de los objetivos principales
del uso de la PDI es ahorrar tiempo al docente. Una buena organización del
trabajo es fundamental para este hecho. Sin duda la corrección de
actividades en clase se puede convertir en algo monótono y aburrido. Por
un lado estamos acostumbrados a la intervención de un alumno o alumna que
corrige y el profesor o profesora o como mucho algún que otro compañero o
compañera, realiza algún tipo de intervención, convirtiéndose en una
simple actividad de preguntas y respuestas.
Algunas veces, diseñamos sesiones motivadoras y nos encontramos
satisfechos de ellas. Bien por los recursos que se han utilizado, o por cómo se
ha ido construyendo el todo, por las actividades o porque en su conjunto nos
parece un buen material. Podemos dibujar todo un conjunto de elementos y su creación, explicar el
desarrollo de una operación matemática en concreto, crear una partitura entre
todos, explicar sobre un mapa un hecho histórico, etc.
Para quedarnos con una copia
de todo el proceso: de nuestras intervenciones, de las de nuestros alumnos
y alumnas, de todo lo que ha sucedido sobre la superficie de la pizarra.
Nos interesa tenerlo todo guardado, creemos que es un material interesante
en todos los sentidos. La mayoría de los programas de PDI permiten esta
opción que con el tiempo se va enriqueciendo y constituye un recurso
indispensable, al cual le vamos sacando más partido.
Hablando con especialistas y compañeros a distancia.
Trabajando colaborativamente. Hace unos años, contar con un especialista
que estuviese a unos pocos kilómetros de distancia, para completar nuestra
explicación, puntualmente, era algo imposible. Hoy en día podemos contar con él
o ella, en tiempo real, siempre que queramos y estén de acuerdo, claro está.
Los actuales programas de comunicación: Messenger, Google-talk, Skype, son sólo
un ejemplo. Ese especialista que conocemos y está dispuesto a echarnos una
mano, va a estar en nuestra clase, aclarando dudas, explicando, respondiendo; a
nuestra disposición y la del alumnado. Si duda se trata de un recurso aún por
explotar pero que causará sensación
Un nuevo estudiante llega a
clase, y se incorpora al grupo. Es posible que pase un tiempo antes de
conocer algo más de su vida. Además, ese alumno o alumna tiene problemas
con el idioma, es de otro país y muchas veces dudamos de hasta cómo se
pronuncia o se escribe su nombre. Se siente solo y distinto del grupo,
aunque no lo parezca, está perdido.
Bien por la llegada de otras
dotaciones tecnológicas al aula o bien porque los docentes adquieren
elementos externos que facilitan su trabajo, a veces es posible encontrar
otros periféricos que interactúan con la propia PDI.
A estas alturas seguro que hemos pensado cientos de posibilidades
y aplicaciones, otras irán surgiendo, no cabe duda de ello. Nos ha parecido
interesante traer hasta aquí otra funcionalidad de la PDI. Se trata de las
posibilidades de la pizarra en el proceso de la evaluación.
• Mejorar el aprendizaje de los alumnos en matemática
• Insertar tecnología al aula, en forma
transparente• Hacer explícita la matemática y el uso de la tecnología para
los alumnos (estrategias, procedimientos, algoritmos)• Facilitar la visualización y comprensión de lo abstracto de
la matemática, por medio de la pizarra interactiva • Aumentar la participación de los alumnos • Producir cambios en la sala de clase y en los roles del
profesor y alumno• Desarrollar sesiones más interactivas, centradas en el
alumno, motivadoras y con mayores recurso• Generar espacios de colaboración y discusión
•Guías de resolución de problemas, exploración, formalización,
ejercitación, proyectos, matemática recreativa
•Pruebas e instrumentos para evaluación•Material concreto•Recursos organizados en la pizarra.
•Tendencia a lo que se denomina “la
invisibilidad de las tecnologías”
•De lo abstracto a lo visible, a lo dinámico, a lo interactivo, manipulativo, al trabajo en
contextos reales, al desarrollo de modelos
•Acceso a espacios ricos en recursos •Espacios con herramientas para explorar la
complejidad•Enseñar estrategias y habilidades en forma
explícita, poder mirar “bajo el agua”.
•Claridad
en los objetivos del trabajo a realizar, luego seleccionar los recursos
•Usar
las tecnologías cuando no intervenga con
el objetivo a lograr•Usar
herramientas que son dominadas por el docente
•La clase se hace más interactiva, dinámica, atractiva y motivadora
•Facilita trabajar nuevos
contenidos•El profesor enseña de manera más rápida y fácil•Facilita la presentación visual de
contenidos
•Permite a los profesores concentrarse en los avances y
respuestas de los alumnos
•Permite usar recursos TIC•Apoya la corrección colectiva •Resulta muy cómodo para presentar trabajos•Se aprende más sobre tecnología•Mejora el tomar apuntes
•Mejora el trabajo y el
progreso de los alumnos
•Aumenta la motivación, actitud y nivel de
expectativas de los alumnos•Mejora el rol interactivo
asumido por el docente•Permite dar mejores
respuestas a las diferentes necesidades de los alumnos•Ofrece nuevas posibilidades metodológicas
innovadoras, diversificando las actividades de la clase •Permite plantear actividades
más reales y contextualizadas a la vida diaria
´´la educación se ha basado siempre en la transferencia del
conocimiento del profesor al alumno. Ahora, esta transferencia puede producirse
de otras maneras´´
´´la labor del profesor no es demostrar lo que sabe, es transmitirlo´´