El Art Deco fue un movimiento de diseño desarrollado en el periodo de entreguerras, entre 1920 y 1939, en Europa y América. Influyó las artes decorativas tales como arquitectura, diseño interior, y diseño gráfico e industrial, también a las artes visuales tales como la moda, pintura, grabado, escultura y cinematografía.
Este movimiento es, en un sentido, una amalgama de muchos estilos y movimientos diversos de principios del siglo XX. Las influencias provienen del constructivismo, cubismo, futurismo, y de su propio antecesor, el art noveau.Los progresivos descubrimientos arqueológicos en el Antiguo Egipto marcaron asimismo su impronta en ciertas líneas duras y la solidez de las formas del art déco, afín a la monumentalidad y elementos de fuerte presencia en sus composiciones.
Pie de foto: : Edificio Art Deco de la ciudad de Cordoba
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El art déco era casi puramente decorativo, por lo que se considera un estilo burgués. Es sólido y posee una clara identidad propia. Su significación gira en torno al progreso, el ordenamiento, la ciudad y lo urbano, la maquinaria. Elegante, funcional y modernista, el art déco fue un avance frente al art nouveau.El art déco era un estilo opulento, y su exageración se atribuye a una reacción contra la austeridad forzada producto de la Primera Guerra Mundial.
Pie de foto: : La casa del Teatro (Alejandro Virasoro)
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En Buenos Aires tuvo su período de auge en la segunda mitad de los años 20, con importantes edificios realizados por el innovador arquitecto Alejandro Virasoro (sus obras más recordadas son la Casa del Teatro y La Equitativa del Plata).El Edificio Kavanagh tambien es uno de los ejemplos mas representativos del estilo en la ciudad.Pero sin dudas, quien mas se destacó en la difusión de este estilo en nuestras tierras fue el arquitecto Francisco Salamone.
Italiano nacionalizado argentino, la obra de Salamone es futurista, estrambótica, geométrica y monumentalista. No pasa inadvertida y despierta variados sentimientos. En sólo 36 meses puso su firma en decenas de pueblos del sudoeste de Buenos Aires. Estas 60 obras fueron declaradas recientemente Patrimonio Histórico Nacional.Su trabajo se caracterizó por tres tipos de construcciones principales: municipalidades, portales de cementerios y mataderos. También realizó plazas, pórticos, mobiliario urbano y de interior de los palacios municipales, veredas y luminarias para mantener la coherencia de su estilo monumental.
Pie de foto: : Francisco Salamone
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Los palacios municipales, cuyas características principales son el monumentalismo y las torres que simbolizan la avanzada de la civilización sobre la barbarie o el desierto. Sobresalen como originales y emblemáticos los Palacios Municipales de Carhué, Guaminí, Pellegrini, Rauch, Tornquist, Puán, Alberti, Laprida, Adolfo Gonzales Chaves, Vedia y Coronel Pringles. El Palacio Municipal de Carhué, su obra municipal más importante, fue inaugurado el 3 de diciembre de 1938, que combina tres estilos elegantemente: art decó, futurismo italiano y funcionalismo inspirado en la Escuela de la Bauhaus.
Los cementerios se caracterizan también por su monumentalidad y enormes portales que simbolizan el cuerpo humano reintegrándose a la tierra. Suelen ser obras integrales y no solo pórticos.
Son especialmente impactantes los que edificó en las ciudades de Azul, con el Arcángel San Gabriel representado como un gran Ángel de la Muerte custodiando la entrada y la gigantesca sigla RIP realizados en cemento, y Saldungaray, donde aparece el Cristo crucificado en un frente circular y el que realizó para la localidad de Laprida, una enorme cruz, con un cristo de cuerpo entero, que es la segunda obra religiosa más alta de Sudamérica, después del Cristo redentor de Rio de Janeiro, Brasil.
A fines de los años '30, el faenado a gran escala estaba cumpliendo un rol muy importante en la economía bonaerense. Antes de hundirse en las salitrosas aguas por mas de tres décadas, Villa Epecuén tenía, como tantos otros pueblos en la provincia de Buenos Aires, un matadero en las afueras del casco urbano. Esta obra de Salamone, funcionó hasta los días en que empezó a quedar rodeado por las aguas, y orgullosamente es de las pocas construcciones de la ex villa turística que frente al embate de la sal y del agua aún sigue de pie.
En algunos partidos, aparte del diseño de los edificios municipales, mataderos y cementerios, estuvo a cargo del diseño de plazas. Es el caso de la ciudad de Azul, donde la plaza principal también es obra de Salamone. El arquitecto se encargó del diseño completo del espacio verde, incluyendo luminarias, diseño del suelo y bancos.
Cuando terminó la administración del gobernador Fresco, en 1940, Salamone se trasladó con su familia a la Capital Federal, donde dirigió múltiples obras de pavimentación urbana.
Así murió, ignorado y olvidado durante décadas. Sólo construyó dos edificios racionalistas, uno de ellos en el codiciado terreno frente al Hotel Alvear Palace, sobre Avenida Alvear, la mas elegante de Buenos Aires.
Luego de muchos años la obra del arquitecto Salamone actualmente se ve nuevamente reconsiderada y valorizada. Ello lleva a que los municipios aprecien nuevamente su trabajo lo que invita a que en plan turístico la gente se acerque a conocerlo.
Pie de foto: : Edificio en Ayacucho y Avda. Alvear