Entre 1967 y 1970 se dieron los primeros síntomas del agotamiento del modelo
estabilizador a través de manifestaciones populares y el creciente descontento social.
El desarrollo compartido fue una alternativa que intento superar las
deficiencias del desarrollo estabilizador, es un modelo de corte "populista".
Sus principios se sustentaban en la necesidad de abatir el endeudamiento, aumentar la competitividad en el
exterior, y brindar apoyo y educación a los sectores más pobres de la sociedad.
Alianza para la producción
(1976-1981)
Este proyecto fue propuesto Lopez Portillo en forma de solución a los problemas
socioeconómicos que su gobierno había heredado.
Lopez Portillo presento el Plan Global de Desarrollo (PGD), concebido en tres etapas de dos años cada una.
Este plan no alcanzó las metas esperadas, aunque aumento fuertemente el aparato burocrático del gobierno.
México vivió una severa descapitalización del campo en favor de la ciudad, una migración
interna creciente, bracerismo y abandono del campo.
Industrialización, rezago agrario y
crecimiento urbano
En los años cuarenta se inicio en México un acelerado crecimiento de la infraestructura urbana, esto
atrajo a cientos de campesinos a las ciudades en busca de trabajo.
A partir de 1950 la política nacional se aboco a impulsar el desarrollo industrial, dejando rezagado al campo, se conoce
como rezago agrario a la falta de tecnificación y modernización de la producción agraria.
Industrialización, crecimiento agrario y urbano se han dado en nuestro país sin
una planeación que permita un desarrollo armónico y estable.
La población mexicana en la segunda
mitad del siglo XX
Los primeros gobiernos posrevolucionarios intentaron incrementar la población, impulsar la
modernización y cambiar la imagen del México rural por una predominantemente urbana.
Para 1940 había 19.6 millones de mexicanos.
El crecimiento de las ciudades fue arrollado, aunque generó pobreza y marginación.