Desde la culminación de la
Segunda Guerra Mundial,
Estados Unidos (EE. UU.) fue el
país dominante en el mundo
capitalista y con el mayor
poder militar, económico y
político. Hasta 1989, EE. UU.
tenía un contrapeso: la Unión
de Repúblicas Socialistas
Soviéticas (URSS), que eran la
potencia que seguía el modelo
del socialismo. A partir de la
caída de la URSS, y hasta hoy, el
país norteamericano continúa
su hegemonía, y aunque hay
otras potencias, no hay quien
realmente compita contra este
país.
ALEMANIA
Su economía se basa en
exportación de minerales,
manufactura, maquinaria,
vehículos y tecnología. Es
precursor de la Unión Europea.
JAPON
Es la tercera potencia
económica y se basa en la
exportación de maquinaria
y aparatos electrónicos. En
su capital, Tokio, las tasas
de delincuencia son bajas.
POTENCIAS EMERGENTES
BRASIL
Es el noveno país con
reservas de petróleo. Posee
la mayor bolsa de valores de
Latinoamérica
RUSIA
Tiene el segundo ejército más
poderoso del mundo. Su economía
se basa en la exportación de
petróleo y gas..
SUDAFRICA
Se considera un país
pequeño con influencia
para África. Tiene un
papel constructivo en el
equilibrio global del
poder geopolítico.
INDIA
Tiene alto potencial agrícola,
humano e industrial. Es el quinto
productor mundial de alimentos.
Cuenta con armas nucleares
CHINA
Se considera contrincante directo de
Estados Unidos. Se rige por un gobierno
comunista y autoritario. Es uno de los
mayores inversores en América Latina,
Africa y Estados Unidos
CONFLICTO TERRITORIAL :
ESTADOS UNIDOS VS CUBA
Estados Unidos apoyó a Cuba a independizarse de España,
pero en realidad la ayuda estadunidense tenía como
objetivo apropiarse de la isla, lo cual logró. Tiempo
después Cuba realizó una transición hacia la democracia
con un nuevo gobierno y la aprobación de su primera
constitución, que Estados Unidos se vio obligado a
aceptar, pero con la condición de que el gobierno cubano
aceptara la Enmienda Platt, que obligaba a la isla a ceder
el terreno de la bahía de Guantánamo a cambio de 5 mil
dólares anuales y bajo la amenaza de continuar la
invasión en la isla si no aceptaba este trato. Tras la
Revolución cubana en 1959, Fidel Castro denunció las
presiones con las que fue aceptada la enmienda.