La iglesia domestica es la familia que enseña la fe y los valores( La Familia es la
iglesia Domestica, el hogar es la iglesia en miniatura. San Juan Pablo II)
4 Verdades y Pilares de la Iglesia Domestica: 1. La vida familiar es sagrada.
2. La actividad familiar es santa. 3. Las familias tienen un ministerio unico.
4. La familia son una comunidad evangelizadora.
La vida familiar es sagrada ya que en esta debe existir amor, la verdad, lealtad, la fe en Dios y la gratitud
entre cada uno de los miembro y ante todo en dificultades el perdòn.
La actividad familiar es santa al igual que la vida familiar es sagrada, las utilidades que se
hacen dentro y fuera del hogar son santas por esto tenemos que transfomrar nuestra
manera de actuar y lo que decimos entre otras cosas mas.
Las familias tienen un ministerio unico, ya que cada miembro de la familia, tiene un don los cuales pueden servir a
Dios, y a la familia de una forma especial, para poder usarlo para ser iglesia.
La familia son una comunidad evangelizadora, ya que todos estamos llamados por el bautismo, a aumentar la fe en el
hogar,para compartir la fe en con los demàs, mas especficamente con el mundo que esta afuera en el hogar.
¡El futuro de la humanidad se fragua en la familia!. Es
una imagen viva del misterio mismo de la iglesia. San Juan Pablo II
En esta especie de iglesia Domestica los padres deben ser para sus hijos los
prmero predicadores de la fe, mediante la palabra y el ejemplo. Papa Pablo IV.
Mateo 18-20, porque donde están dos o tres
congregados en mi nombre, allí estoy yo en
medio de ellos.
Josué 24,15 ,Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si
a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro
lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y
mi casa serviremos a Jehová.
"En aquella misma hora de la noche el carcelero los tomó consigo y les lavó las
heridas; inmediatamente recibió el bautismo él y todos los suyos." Hechos, 16, 33
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Segùn vaya la familia asì va el mundo entero en que vivimos. San Juan Pablo II