Según el historiador Aróstegui Sanchez J. (2006) hablar de la época contemporánea es hablar de un
periodo histórico producto de convulsiones revolucionarias, que dejaron un huella indeleble en la
mente de quienes la vivieron, ya que esta época trajo consigo acontecimientos inauditos. Es así
como, devino un nuevo pensar del mundo, una nueva conciencia del mundo (pp. 2 - 3)
país o grupo de países que tienen relación con el momento histórico. Francia, Inglaterra, Estados
Unidos y Alemania.
Los siglos XVIII y XIX fueron testigos de una serie de revoluciones que condujeron a la independencia
política de muchos países del hemisferio occidental de las potencias imperiales. Las revoluciones de
Haití y Francia reforzaron especialmente la idea de que todos los hombres son creados iguales y
tienen derecho a la autodeterminación. Este contexto histórico, unido a la Revolución Industrial que
tuvo lugar en Europa, generó un zeitgeist de innovación y humanismo. El imperialismo, el
industrialismo y un creciente sentimiento de nacionalismo en todo el mundo, especialmente en los
países occidentales, provocaron un cambio de conciencia y de ideología. El hombre confiaba más que
nunca en su capacidad para dominar la naturaleza y controlar los recursos, y había una
determinación de alcanzar logros a nivel individual y a nivel nacional. La conciencia se desplazó hacia
un ideal más fraternal y humanista. En particular, las ideologías de la Ilustración y el Naturalismo
llegaron a ejercer una
La teoría del conocimiento de Locke, expuesta en An Essay Concerning Human Understanding (1690),
sostiene que las ideas proceden de la sensación -la experiencia a través de los sentidos- y de la
reflexión, en la que la mente utiliza esas sensaciones para formar ideas. La mente es vista como una
tabula rasa (tabla en blanco). Rousseau, por su parte, insiste en que el aprendizaje debe ser un
proceso natural en el que la atención se centra en las capacidades del niño, más que en los objetivos
curriculares.
En los siglos XVIII y XIX, en consonancia con el nuevo nacionalismo ascendente de la época, la
educación pasó a considerarse responsabilidad del Estado. Los planes de estudio se ampliaron.
Aunque la memorización como método de enseñanza seguía empleándose en gran medida, junto
con la alfabetización, la disciplina mental y el carácter moral, también se esperaba que la educación
creara ciudadanos productivos y proporcionara herramientas para el éxito individual. El sistema
evolucionó hacia un enfoque más humanista en el que el aprendizaje se centraba en el niño en lugar
de en la materia. Además, se implantó el sistema de monitores (lancasteriano) que permitía a los
alumnos mayores servir de monitores a los más jóvenes (y ayudaba a combatir la escasez de
profesores resultante de la repentina expansión de la educación). Además, la práctica de dividir a los
niños en grados/clases según su edad, que surgió en la Alemania del siglo XVIII, se extendió a otros
países. Esto está en consonancia c