Las capas de la Tierra son envolturas que recubren desde el núcleo del planeta
hasta la superficie terrestre y cada una de ellas presenta un tipo de composición
diferente.
Existen tres grupos generales de capas según su tipo de
composición: geosfera, hidrosfera y atmósfera. Cada capa
acumula mayor temperatura a medida que se acerca al
núcleo interno del planeta, debido al aumento de la
presión.
La geosfera
La geosfera está conformada por un conjunto
de cuatro capas que abarcan desde el núcleo
hasta la superficie terrestre. Estas son:
El núcleo interno.
Es la capa más profunda y
consiste en una enorme bola de
hierro sólido que es un poco más
grande que el planeta Plutón
(que tiene 2.376 km de
diámetro).
El núcleo externo
Es una capa que se compone
por metales como hierro y
níquel, que se encuentran en
estado líquido y, debido al
movimiento de estos
componentes, se genera un
campo magnético alrededor
del planeta.
El manto.
Es la capa que recubre al
núcleo externo y es la que
tiene mayor espesor, por
lo que representa un 84 %
del volumen de la Tierra.
Su composición es
semilíquida, en su
mayoría, de metales como
el hierro y minerales como
el magnesio.
La corteza.
Es la capa más delgada y
externa que envuelve a la
Tierra, donde se desarrolla la
biosfera. Representa el 1 %
del volumen del planeta y
está compuesta por
elementos de masa
relativamente ligera, como
el aluminio, el sílice y el
oxígeno. Se divide en dos
tipos, continental y oceánica.
La Hidrosfera
La hidrosfera es el conjunto
de masas de agua de la
Tierra que pueden
presentarse en estado
sólido, gaseoso o líquido
(este último puede ser de
agua dulce, como ríos o
lagos; o salada, como mares
y océanos).
El agua en estado sólido se encuentra
en las regiones más frías del planeta,
como en la Antártida.
El agua en estado gaseoso es el vapor
de agua que se encuentra en las masas
de agua cálida o termales que emanan
vapor, en la niebla o en las nubes más
altas (que atraviesan otras capas que
pertenecen a la siguiente capa, la
atmósfera).
La Atmósfera
La atmósfera es la capa más extensa,
con unos 10.000 km de espesor, que
está formada por un conjunto de
capas gaseosas.
Está compuesta, en mayor parte, por gases como
oxígeno, nitrógeno y en menor medida por ozono,
dióxido de carbono y vapor de agua.
Las capas de la atmósfera son:
Troposfera.
Compuesta
por nitrógeno, oxígeno y
dióxido de carbono, es la
capa que está en
contacto con la superficie
terrestre y en la que se
generan los procesos
climáticos y
meteorológicos debido a
que concentra el vapor
de agua, las nubes y los
vientos.
Estratosfera.
Compuesta por
elementos inorgánicos,
como óxido de
nitrógeno, ácido nítrico,
ácido sulfúrico, ozono y
halógenos. En esta capa
el aire resulta frío y
pesado.
Mesosfera.
Compuesta por
diversos gases
mezclados entre sí,
que no están
estratificados
como suelen
presentarse en la
mayoría de las
capas de la
atmósfera. Protege
al planeta del
impacto de
meteoritos y
asteroides.
Termosfera o ionosfera.
Compuesta por
oxígeno, dióxido
de carbono y
nitrógeno, gases
que padecen
procesos
químicos de
ionización. Es
por eso que,
también, se
denomina a esta
capa como
ionosfera.
Exosfera.
Compuesta por helio e
hidrógeno, es la capa
menos densa. Es una
zona de transición entre
la atmósfera de la Tierra
y el espacio exterior
donde no hay gases ni
gravedad. Varios
satélites artificiales
suelen orbitar en la
exosfera.