corriente de diseño que surge a partir de la arquitectura orgánica, entendida como una filosofía que promueve la
armonía entre el hábitat humano y el entorno natural, se marca un quiebre sustancial
con las composiciones formales tradicionales, y desde donde se aprovechó las
propiedades de nuevos materiales y nuevas técnicas productivas. Este movimiento
surge en oposición al racionalismo o funcionalismo, manifestándose en las primeras
décadas del siglo XX
su fuerte fue el diseño de mobiliario de interiores, basado en estructuras orgánicas, y de una
forma de diseño que abre fronteras entre lo material y lo sentimental, cuya fuente de
vivencias es la naturaleza.
consiste en la combinaciones de formas, colores y texturas que son el fundamento del diseño
orgánico como una fuente inagotable de inspiración para diseñadores. Se constituye
como una poderosa herramienta y fuente de inspiración
Alvar Aalto, arquitecto y diseñador finlandés, a través de
dos de sus creaciones más icónicas
; el proyecto arquitectónico Sanatorio de Paimio y la silla 41. La idea central del
Sanatorio, era un edificio que favoreciera la curación y rehabilitación de enfermos de
tuberculosis. Este proyecto fue concebido integralmente, lo que le llevó a la definición
de un mobiliario específico. Producto de ello es la silla número 41, más tarde conocida
como silla Paimio de la cual se da cuenta de sus características morfológicas y de
materialidad.
Finalmente se establece una relación donde el objeto se conecta visual y
funcionalmente con el contexto de su emplazamiento interior del conjunto
arquitectónico.
los principales exponentes del diseño orgánico:
Esta tendencia influyó rápidamente en el diseño de
mobiliario, resultando ser cómodos, económicos y
ergonómicos, lo que permitió un fuerte auge y desarrollo
en Estados Unidos destacándose los aportes de los
arquitectos y diseñadores Charles y Ray Eames, Henry
Bertoia o Eero Saarinen. Este último destacó con su
famosa “silla tulipán”
en Europa, Arne Jacobsen, arquitecto y
diseñador industrial, fue uno de los
primeros que destaco en las propuestas
de mobiliario de carácter orgánico, entre
sus aportes se destacan sus sillas de la
Serie 7
diseñada en 1955, inicialmente para la exposición de
diseño nórdico realizada en Helsingborg, Suecia, en el
mismo año. Fue creada en chapa moldeada a presión,
apilable de cuatro patas, es la culminación de la utilización
de la técnica de laminación desarrollada en los años 20 por
Soren Hansen4. Jacobsen explotó las posibilidades de
laminación a la perfección lo que resulta en la forma icónica
de esta silla ligera y apilable.
El organicismo, según afirman Araya, Alfaro y Andonegui (2007): Se basa en la metáfora raíz
de los procesos orgánicos inherentes a todos los sistemas vivos y en evolución. Se concibe
como un proceso dialéctico en el que se confrontan los fenómenos mediante oposiciones y
contradicciones que dan lugar a cambios cualitativos en vías de una mayor complejidad e
integración. La causa final es una forma teleológica de razonamiento causal, a través de la
cual se entiende que los fenómenos están en un proceso continuo de cambio evolutivo y
estructural hacia un todo mayor, aunque inespecificable
En ese enfoque orgánico del diseño es crucial la manera en
que los elementos individuales, como objetos o muebles, se vinculan visual y
funcionalmente con el contexto de su emplazamiento interior y el conjunto de su
entorno. En esta condición responde a un principio hilemórfico2 en tanto se halla
constituido por dos dimensiones esenciales; Materia y Forma. La materia como el
sustrato básico de toda realidad, carente de forma, pero sin embargo no puede darse
sin la forma, así como la forma no puede darse sin la materia. El uno no puede estar
sin el otro. Configuran una unidad, inseparables e indisolubles
Morfología y materialidad
industrial Eliot Noyes3 organizo el concurso Organic
Design in Home Furnishing en el Museum of Modern
Art de Nueva York. En él destacó -en la categoría
“asientos para un salón”- la propuesta presentada
por los arquitectos Eero Saarinen -finlandés- y
Charles Eames -estadounidense-, quienes
presentaron la “silla orgánica”