El don del Hijo y sus implicaciones morales, según Juan
Nota:
La intervención de Jesús introduce un orden nuevo en el modo de vivir del hombre. La novedad que Jesús trae es fruto del don gratuito, que solicita ser aceptado, y quien lo rechaza es culpable y se pone fuera de la salvación. Un modo particular demostrativo de la intervención de Jesús productor de novedades es el ‘signo’ , dotado de la particular fuerza manifestada en el milagro. Jesús es pan, luz, puerta, pastor, resurrección y vida, camino, verdad y vida, y vid. Todo esto está presente en la persona de Jesús y es comunicado por él de una manera interna y orgánica, simbolizada por la relación entre la vid y los sarmientos. Y por parte de Jesús toda su enseñanza sugiere un comportamiento. Quien cree en Jesús y ama a sus hermanos «no peca», es decir no vive en pecado , aunque todos tengamos faltas y en este sentido seamos todos pecadores, sin embargo «la sangre de Jesús, el Hijo de Dios, nos purifica de todo pecado» . Quien cree en Jesús y ama a los hermanos ha entendido de verdad que «Dios es amor» , máxima verdad que será reconocida por todos sólo en la medida en que los creyentes se amarán los unos a los otros, con la preferencia hacia los necesitados, «no sólo con palabras sino con obras»
El don del Hijo y sus implicaciones morales, según las cartas paulinas y otras
Nota:
La dignidad de Cristo glorioso es garantía de la dignidad de cada cristiano redimido con la sangre de Cristo y excluye los favoritismos. Si son perseguidos y deben sufrir por la justicia, se ven animados y sostenidos considerando la muerte violenta de Cristo.
La nueva alianza y sus implicaciones morales, según la carta a los Hebreos
Nota:
En su carta el autor describe la intervención de Dios mediante su Hijo Jesús para la realización de la nueva alianza. Para introducirnos en una íntima relación consigo, Dios ha escogido su propio Hijo como mediador perfecto, último y definitivo. El Hijo ha superado el obstáculo que impedía la relación de alianza y estableció definitivamente la alianza entre Dios y nosotros. El misterio de Cristo abarca la adhesión a Dios y la solidaridad fraterna, dos aspectos de una única disposición de alianza. Fue introducido en la intimidad con Dios, abrió el camino hacia Dios, estableció la comunicación del hombre con Dios, realizó la alianza definitiva. ¿Con qué medios? «en virtud de la propia sangre», es decir por medio de su muerte violenta transformada en ofrenda, por medio de la oferta de su propia vida, transformada en medio de unión perfecta con Dios y de solidaridad extrema con los hombres, Así Cristo «ha obtenido una redención eterna» para muchos, la liberación de los pecados, que es la condición fundamental para la institución de la nueva alianza. La primera condición para acercarse a Dios es la adhesión de fe a Él por medio de la mediación sacerdotal de Cristo. La invitación a la «plenitud de la fe» está fundada sobre la eficacia perfecta del sacrificio y sacerdocio de Cristo que introducen a los hombres realmente en la comunión con Dios. Tenemos la esperanza de alcanzar la herencia eterna, de entrar para siempre en el descanso de Dios.
Alianza y compromiso de los cristianos: la perspectiva del Apocalipsis
Nota:
Sólo gracias a la acción de Cristo-cordero se encuentra el paso desde un solo pueblo en la antigua fórmula a una pluralidad de pueblos en la nueva «serán sus pueblos». La celebración en 5,10 se dirige a Cristo como cordero que, en la formulación propia del Apocalipsis , indica al Cristo muerto y resucitado, dotado de toda la fuerza mesiánica y que envía a los hombres la plenitud de su Espíritu. El compromiso activo de mediación de los cristianos se actualiza en lo concreto de la historia donde se desarrolla el enfrentamiento dialéctico entre el bien y el mal, entre el sistema de Cristo y el sistema terrestre anti-reino y anti-alianza, puesto en acto por el influjo de lo demoníaco.