Created by Ana Karen Torrejón González
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Question | Answer |
Consideramos que el término de intervención es el que mejor define la relación socioeducativa en el ámbito social. Siguiendo a Úcar (2006:245): La palabra intervención proporciona el concepto más apropiado y útil para definir y caracterizar la relación socioeducativa. Desde el punto de vista pragmático porque, con el paso de los años, este concepto ha resultado de uso generalizado entre los profesionales y académicos del ámbito social y educativo. También desde el punto de vista etimológico, el de “intervención” parece el concepto más apropiado porque recoge, en su formulación, las contradicciones inherentes a las acciones de los educadores sociales y, así mismo, porque otros conceptos más asépticos, como acción o praxis parecen designar realidades más amplias e inespecíficas. | Las acciones prepolíticas: la cuestión social desde la visión asistencialista Cuando hablamos de intervención socioeducativa parece que nuestra mente, de forma inmediata, la identifica con un proceso de ayuda o asistencia hacia aquellos colectivos más desfavorecidos. Pérez Serrano (2003) ha sintetizado en cuatro grandes ejes este complejo contexto en el que aparece la intervención social: aparece en una sociedad sometida a fuertes cambios económicos, sociales y políticos, con conflictos que demandan con urgencia respuestas educativos-sociales; adquiere importancia la dimensión social de la educación y la confianza en su fuerza para resolver los problemas generados por el individualismo; en esta época, se pone la esperanza en una pedagogía renovada; el concepto de la ayuda social y educativa adquiere relevancia, pues se espera que a través de ella se pueda mejorar la sociedad. Esta intervención asistencialista o relación social, se produce entre dos sectores diferenciados dentro de la sociedad: las clases acomodadas y las que no lo son. |
El estado de Bienestar: la intervención socioeducativa a través de las políticas sociales y los servicios sociales. La eclosión, estabilización y expansión de la intervención socioeducativa, ubicada dentro de la Pedagogía Social, está íntimamente relacionada con el nacimiento del Estado del Bienestar, a sociedad de masas y el cambio de concepción en la educación. Como vemos, a diferencia del escenario social anterior, la intervención socioeducativa, ya no se dirige solamente a entender y cubrir las necesidades o carencias de los sectores de la población en riesgo, exclusión o situación de vulnerabilidad, sino que pretende ser normalizada, dirigiéndose de este modo al conjunto de la población. En este contexto sociopolítico se demanda que la intervención socioeducativa, a través de las políticas sociales y servicios sociales, promueva acciones sociales, además de paliativas, preventivas, de mejora y desarrollo tanto a nivel familiar, individual, grupal o comunitario. | Con la gestación de los estados modernos, democráticos y de derecho, se produjeron una serie de procesos y estrategias que regularon estatalmente las acciones e intervenciones socioeducativas, apuntando al futuro que se estaba tejiendo en torno al bienestar social y a la construcción ciudadana. A partir de los años 70, las profundas transformaciones vividas generan una nueva manera de entender la educación. La sociedad demanda mayores cuotas de bienestar y calidad de vida y el sistema educativo, por este motivo, debe ampliarse y diversificarse, surgiendo nuevos campos de actuación para dar respuesta a estas necesidades, rompiendo los límites de la educación más allá del tiempo (infancia y adolescencia) y espacio (aulas) propio de la vida escolar. La aparición del concepto de educación a lo largo de la vida ha supuesto que la educación deba extenderse más allá de la escuela, que ha perdido su prestigio y monopolio tradicional, pero brindando la posibilidad de contribuir en mayor medida a la consecución del bienestar de todos los individuos de la igualdad de condiciones. |
Propuestas pedagógicas para el despertar de la sociedad civil Con frecuencia, al hablar de educación en nuestras sociedades complejas, abiertas y plurales, los ojos se vuelven de forma casi inmediata hacia sistema escolar. Pero esta perspectiva tan restrictiva está cambiando a pasos agigantados en una sociedad donde la educación se consolida en otros ámbitos no formales informales. Si bien es cierto que la educación escolar es un instrumento idóneo para trabajar todos los aspectos que hasta el momento hemos abordado, la promoción de la ciudadanía y el desarrollo de las competencias participativas transcienden los límites del propio sistema escolar. Por ello, dependemos que deben ser asumidos como un compromiso entre todos los agentes sociales que conforman las comunidades políticas. No se trata de sustituir las funciones de una instancias u otras, sino que queremos imprescindible, necesario y urgente unir esfuerzos para promocionar la participación ciudadana, puesto que es una competencia cada vez más compleja, que demanda conocimientos acerca de los procesos políticos | y las estructuras subyacentes; capacidades de selección, interpretación y argumentación de la información o la identificación de las múltiples redes ciudadanas; actitudes de respeto en el trato y relación con otras personas; el saber hacer uso de las diversas vías de participación y gestión. • El fenómeno de la participación ciudadana La investigación – acción se caracteriza principalmente por ser un proceso continuó, en torno a una espiral cíclica impulsada por el propio grupo con el fin de cambiar y mejorar la realidad. Este proceso nace de la toma de conciencia de los problemas reales y contextualizados que preocupan al grupo: el educador trata de mejorar junto con los otros la propia práctica. Se trata de una práctica social reflexiva, colaborativa y participativa que crea que crea espacios de deliberación colectiva, confrontación de puntos de vista, reflexividad y autocrítica desde la propia realidad, debate racional y búsqueda de soluciones de interés común. |
Planificación de la intervención socioeducativa: fases en la elaboración de proyectos No existe normativa rígida, sino una serie de pautas que sirven para organizar las ideas, clarificar los objetivos, establecer las actividades a realizar y concretar los recursos necesarios. Diagnóstico de la situación: punto de partida El punto de la partida de toda intervención socioeducativa es delimitar el escenario en el cual se va a intervenir. Es preciso realizar un análisis de necesidades existentes en un ámbito social concreto, contando con la colaboración y participación de todos los miembros del grupo, así mismo conseguiremos proyectos mejor planteados y con más posibilidades de éxito. | Fundamentación Una vez realizado el análisis y priorizado las necesidades que orientan nuestro proyecto de intervención, en momento de responder a la pregunta ¿para qué se hace? Todo proyecto de intervención, para poder ser aplicado, debe ser operativo pero también debemos fundamentarlo con presupuestos teóricos y empíricos, es decir, debemos sustentarlo en un marco de referencia que dé cobertura a nuestra intervención. Planificación: diseño de la intervención Una vez realizado el diagnóstico y la fundamentación, es momento de planificar el proceso de intervención. o Objetivo de la intervención o Metodología de la intervención o Temporalización o Recursos Aplicación de la intervención La aplicación implica poner en práctica el proyecto planificado presentado, Evaluación y seguimiento. Informe final Se trata de llevar a cabo una evaluación y síntesis del trabajo realizado, incluyendo las etapas de la intervención, la actuación del educador o educadora y la pertinencia de los recursos utilizados. |
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