Hay una diferencia entre los juicios emitidos en relación a una ciencia
técnica o práctica y a los juicios de gusto artístico.
Estos fallos se basan en otras cualidades subjetivas. Por ello, solo son
comprobables por sujetos con iguales capacidades y experiencias.
Un juicio de gusto no puede pretender una justificación objetiva pues las
razones en que se basa este no pueden ser objetivamente suficientes, sino
solo suficientes para quienes cumplen las condiciones subjetivas arriba
descritas.
Estos juicios no pueden dar lugar a
saberes, sino sólo a creencias
compartidas.
¿Qué cualidades?
Cualidades personales
como 'sensibilidad' y
'refinamiento'.
Experiencias anteriores
diversas.
Comprensión de una
cultura.
Una actitud favorable a
ciertos valores
Lo que no significa que no haya en el
arte saberes compartidos por todos.
La validez de un juicio estético
determinado no puede inferirse sólo
de los saberes.
En el arte, tanto para el descubirmiento
como para la justificación de los juicios
estéticos se requieren cualidades subjetivas
que no necesariamente pueden ser
compartibles por cualquiera.
Tienen más que ver con la sabiduría, pues
su justificación remite a una justificación
personal.
La diferencia entre el conocimiento y el
saber no está en la falta de justificación
de las creencias basadas en aquél, sino
en las condiciones subjetivas requeridas
para su justificación.
Si los juicios de arte no pueden tener el carácter
de saberes no es porque no puedan ser
intersubjetivos, sino porque es imposible
establecer con precisión las condiciones de su
intersubjetividad.
De allí el mayor peso de la autoridad
personal en arte que en ciencia
La ciencia no requiere de otras
valoraciones que no sean de verdad o
falsedad de una proposición.