El problema central que enfrenta la visibilidad y la legitimación social de las
preferencias sexuales distintas a la heterosexual es la construcción social de los
mecanismos de exclusión de la normatividad heterosexual.
La diversidad sexual sólo existe como una categoría separada
de la sexualidad, a partir de una norma heterosexual
impuesta y no debido a ninguna característica intrínseca.
Perspectivas de género
Aquellas que crean
conciencia sobre las
formas en que los papeles,
actitudes y relaciones
entre mujeres y hombres
funcionan en detrimento
de las mujeres, al tiempo
que sugieren distintas
maneras de
transformarlas, de manera
que no estén basadas en la
desigualdad, la
dominación y la
explotación de las mujeres.
Las teorías de la homosexualidad
congénita o adquirida fueron los dos polos
del debate por generaciones
Si la homosexualidad era congénita, ¿estaba
justificado castigarla? Si era adquirida, ¿cuál era la
mejor manera de controlarla legalmente?
Surgieron así, denominaciones como las “variantes de la
sexualidad”, las “expresiones comportamentales de la
sexualidad”, o la noción de “orientación sexual”.
No bastaba, en nombre de la neutralidad científica, con declarar simplemente que las lesbianas
y homosexuales eran en realidad seres humanos como todos los demás.
Había que identificar y desafiar las creencias y las instituciones que
habían sostenido por mucho tiempo lo contrario.
Esta perspectiva, que parte de la crítica a la construcción social de la
desigualdad entre hombres y mujeres, sustentada en la presunta
naturalidad y complementariedad de las identidades
convencionales de género, nos ofrece también la posibilidad de
desarrollar una nueva comprensión del ejercicio de la sexualidad.
Un nuevo modo de ver al ser humano, una nueva perspectiva desde
la cual re-elaborar los conceptos de hombre y mujer, sus respectivas
vocaciones en la familia y la sociedad, y la relación entre ambos.
Los médicos comenzaron a clasificar las antes
abominables formas del sexo no reproductivo en un
catálogo de perversiones. La lista llegó a ser interminable,
cada perversión se clasificaba.
En el proceso progresivo de clasificación, la homosexualidad se estableció sin embargo como una categoría separada del resto de las perversiones.
La discriminación, la violencia y
los abusos de poder vinculados a
las prácticas sexuales
Han permanecido por mucho tiempo
invisibles para el sistema
internacional de derechos humanos.