Los estafilococos son microorganismos aerobios grampositivos. El más patogénico de ellos es el
Staphylococcus aureus, que típicamente causa infecciones de la piel y a veces neumonía, endocarditis
y osteomielitis. En general se lo asocia con la formación de abscesos. Algunas cepas elaboran toxinas
que causan gastroenteritis, síndrome de la piel escaldada y síndrome de shock tóxico. El diagnóstico
se realiza con tinciones de Gram y cultivos. El tratamiento suele incluir betalactámicos resistentes a
las penicilinasas, pero como es frecuente la resistencia a antibióticos pueden ser necesarios
vancomicina u otros fármacos más modernos. Algunas cepas son parcial o totalmente resistentes a
todos los antibióticos excepto los más nuevos, como la linezolida, la tedizolida, la asociación
quinupristina/dalfopristina, la daptomicina, la telavancina, la dalbavancina, la oritavancina, la
tigeciclina, el ceftobiprol (no disponible en los EE. UU.) y la ceftarolina.
Enfermedades causadas por estafilococos
Los estafilococos causan
enfermedades por:
producción de exotoxinas
La invasión tisular directa es el mecanismo más común para la
enfermedad estafilocócica, incluyendo los siguientes:
Infecciones cutáneas
Neumonía
Endocarditis
Osteomielitis
Artritis séptica
Invasión directa de los tejidos
Los estailococos a veces producen múltiple exotoxinas . Algunas tienen
efectos locales, otras desencadenan la liberación de citocinas por parte
de ciertos linfocitos T, lo que produce efectos sistémicos graves (lesiones
de la piel, shock, insuficiencias orgánicas, muerte). La leucocidina de
Panton-Valentine (LPV, por su sigla en inglés) es una toxina producida
por cepas infectadas por un bacteriófago. La LPV aparece típicamente
en las cepas de CA-MRSA y se ha considerado la responsable de la
capacidad de producir necrosis; sin embargo, este efecto no se ha
verificado.
Las enfermedades estafilocócicas mediadas por toxinas incluyen las siguientes: