La fábula nació en Oriente, concretamente en la India, con un
afán didáctico o de enseñanza para educar a los hijos de los
nobles e infundir en ellos valores y virtudes que les ayudaran a
convertirse en gobernantes. Debido a su intención, brevedad y
fácil comprensión, estos relatos se difundieron por Oriente y
llegaron a Europa gracias a viajeros navegantes.
En Grecia fue Esopo quien
retoma el género y crea sus
fábulas en medio del intenso
ambiente cultural griego.
En Roma, Horacio y Fedro se
inspiraron en Esopo para
escribir sus textos morales.
Posteriormente, en la Edad Media y el
Renacimiento, los cruzados difundieron las nuevas
fábulas de Oriente aprendidas en los lugares
donde combatían.
Así es como la fábula fue
evolucionando y
enriqueciéndose hasta
nuestros días para
continuar con el propósito
principal con el que fueron
creadas: moralizar.
El Panchatantra es una colección
de fábulas en prosa y verso,
escrita en Sánscrito y compuesta
después del siglo III a. C. y cuya
autoría se atribuye, con cierta
incertidumbre, a Vishnú Sharma.
Según la historia que se cuenta en el
Hitopadesha (siglo VII), el rey
Sudarshana, preocupado por la
educación de sus jóvenes príncipes, le
encarga la enseñanza de la moral a un
bráhmana (sacerdote) llamado Viṣṇu
Śarman (quien es considerado el autor
del Pañcha tantra).
El texto consiste en la
ilustración
antropomórfica de los
cinco principios más
importantes del rāja nīti
(ciencia política) a
través de los animales.