Desarrollaron con su química práctica
mediante la preparación y extracción de
medicamentos, tras inventar tres de las
operaciones básicas de la química:
destilación, sublimación y cristalización, no
fueron desconocidos los venenos.
Avicena (980-1037)
El más prominente de los médicos árabes
conocido como el Príncipe de los Médicos,
dedica el libro V de su Canon de Medicina a
tratar las drogas y sus prescripciones
El sabio sufí
En su Libro de los venenos de los tres
reinos, mineral, vegetal y animal,
establece cinco clases de espíritus: azufre,
arsénico, mercurio, amoniaco y alcanfor, y
reflexiona sobre la dosis tóxica.
Filósofo y médico judío español
Moisés ben Maimón o
Maimónides (Córdoba, 1135-1204)
Escribe sobre medicina y farmacia; en su
libro Los venenos y sus antídotos (1198),
da consejos para evitar las intoxicaciones
y prescribe su tratamiento.
Federico II
Emperador de Alemania y rey de Sicilia,
promulgó un edicto por el que separaba
la Medicina y la Farmacia, y se
reglamentaba el ejercicio de ésta.
En la Edad Media se prodigaron extensamente
los envenenamientos criminales y comenzó a
hacerse sentir la necesidad de establecer una
toxicología médico-legal.
Durante los siglos XVI y XVII los
envenenamientos llegaran a constituir
una seria amenaza pública en Italia,
Francia, Holanda e Inglaterra
La única operación de
toxicología analítica consistía en
dar de comer a un animal los
restos del alimento sospechoso.
Costumbres Antidoto
Introducir en la comida un trozo de
cuerno de unicornio (rinoceronte) para,
según se decía, destruir cualquier tóxico.
Criminal mas Famosa
en el uso de toxicos
Toffana, residente en Napóles, a quien
se hizo responsable de la muerte de
varios cientos de personas (unas 600)
entre las que se citan los papas Pío III y
Clemente XIV.
Su principal preparación era el acqua
toffana que por la sintomatología que ha
llegado hasta nosotros parece que estaba
constituida por arsénico y cantáridas
Otro envenenamiento
legendario es el de Ladislao,
rey de Nápoles
Murió a consecuencia de una intoxicación arsenical,
producida durante el coito por un algodón
impregnado en el veneno y que su amante se había
colocado en la vagina, quien previamente se había
inmunizado mediante dosis progresivas del tóxico.
Según otra leyenda la muerte de
Ladislao (1414) se produjo a causa del
veneno que su hija llevaba en los labios.
Las pruebas para descubrir envenenamientos
se basaban en la observación de alguna
coloración desusada del cadáver, anormal
putrefacción, incombustibilidad del corazón.