Tanto Thomas Hobbes como John Locke utilizan los instrumentos del contrato social para justificar el origen del
poder político; parten de categorías similares: el individuo libre, igual y racional en el estado de naturaleza.
Desde el punto de vista de Locke, el gobierno sólo puede
surgir del consentimiento de las personas a él sujetas.
Locke se vale de la idea del contrato social.
El núcleo central de la concepción de legitimación del dominio político propuesta por Locke es el individualismo
normativo que dota al individuo con autonomía moral y que sustituye a la autoridad legisladora de Dios y de la
naturaleza mediante el derecho de todo individuo a ser limitado en su libertad solamente mediante aquellas
leyes con las que él habría concordado en el marco de procedimientos definidos por medio de un contrato.
Locke es liberal porque parte de la idea de la igualdad de los hombres, como seres
racionales y libres, y busca asegurar el espacio de acción para el ejercicio de la
libertad mediante la institucionalización jurídica de iguales libertades.
Locke es uno de los fundadores del liberalismo
La situación del estado de naturaleza resulta insostenible para el hombre
por la inseguridad que se produce en virtud de la ausencia de un juez imparcial.
Para Locke el estado de naturaleza no es un estado de guerra de todos contra todos. Es, por el contrario, un estado en
el que los hombres se encuentran en perfecta libertad para ordenar sus acciones y disponer de sus pertenencias y
personas según consideren conveniente, dentro de los límites impuestos por la ley natural. Es también un estado de
igualdad y de absoluta reciprocidad (Locke, 1991)
El motivo que impulsa a los hombres a salir del estado de naturaleza consiste en la preservación de la
propiedad, cuyo goce, en un estado natural sin juez común, es sumamente inseguro.
A través de su concepción del estado de guerra deduce la necesidad de transferir los derechos y
libertades naturales a un poder soberano con el fin de que éste realice el fin inalcanzable para los hombres en el
estado de naturaleza: el aseguramiento de su vida, libertad y propiedades
Locke considera, como hemos visto, que el pueblo es el único juez que puede decidir si los poderes del gobierno están
siendo usados en concordancia con el mandato soberano otorgado al gobierno. Y el pueblo decide no razonando sino a
través de su propia experiencia