La participación ciudadana como
unarelación socio–Estado acotada por
laconcepción de democracia
yciudadanía
PARTICIPACIÓN CIUDADANA:
Conceptos
Según las múltiples definiciones planteadas sobre participación ciudadana, en primer lugar,
podríamos ubicar aquellas que se centran en resaltar el espacio o dimensiones en el que acontecen
dichas prácticas ciudadanas, así como los objetivos, condiciones y lógicas (autónomas y/o
institucionales) que perfilan su realización.
Dimensiones
La delimitación del espacio donde acontecen los procesos de participación ciudadana, sin duda, ha
sido una de las preocupaciones constantes en la literatura.
Objetivo
En términos generales, podríamos decir que los objetivos con los cuales se asocia regularmente a la
participación ciudadana se han trazado en un ámbito macro y en otro de carácter micro.
Condiciones y Logicas
Otro de los puntos relacionados con la discusión sobre el tema de la participación ciudadana es el de
las condiciones tanto objetivas como subjetivas
Lógicas de la participación ciudadana
La lógica estatal
Crítica a la lógica estatal
La lógica social
Crítica a la lógica social
TEORÍA DE LA DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN CIUDADANA
La participación ciudadana: una forma de vida o una forma de norma
Dentro del enfoque prescriptivo, en el cual la democracia se concibe fundamentalmente como un
proyecto político de autogobierno (como una forma de vida), la función de la participación ciudadana
consiste en la resolución y/o transformación de los conflictos políticos a través de la creación y
apropiación de espacios de discusión públicos que permitan el debate racional, la interacción
comunicativa y la incidencia directa de los ciudadanos en la toma de decisiones.
El discurso de la participación ciudadana
Desde la perspectiva de los actores sociales (que dicho sea de paso, se inclinan por la concepción
prescriptiva de la democracia), la participación ciudadana se plantea como: 1) una forma de expresión
privilegiada mediante la cual es posible canalizar y conciliar la diversidad y la complejidad de los
intereses de los habitantes de una región determinada; 2) un medio de comunicación más directo
entre gobernantes y gobernados; 3) una herramienta ciudadana para influir en la pla–neación,
vigilancia y evaluación de la función pública; 4) un nuevo instrumento de contrapeso en torno al
funcionamiento de las instituciones gubernamentales y políticas; 5) un mecanismo de interacción
entre funcionarios y ciudadanos orientado hacia la generación de formas de gobierno, legítimas,
eficientes y representativas; 6) un derecho y una obligación ciudadana garantizada jurídicamente por
el Estado.
CIUDADANÍA Y PARTICIPACIÓN
El concepto de ciudadanía, sin duda, es un término que se encuentra fuertemente asociado a la
forma en que se entiende la democracia. De acuerdo con lo anterior, si hiciésemos un pequeño
recuento del enfoque descriptivo y prescriptivo de la teoría democrática y lo asociáramos de manera
particular con los componentes de la ciudadanía, podríamos decantar, básicamente, dos funciones o
formas de la participación ciudadana.
Desde los planteamientos de la teoría prescriptiva de la democracia, en que la ciudadanía nos remite
a una esfera amplia, o sea, a un proceso positivo que se configura con participación activa, directa y
expansiva de los individuos en la génesis de la voluntad política (Máiz, 2001: 73), la participación
ciudadana es, ante todo, un derecho y un compromiso colectivo del que depende la construcción
pública de las decisiones públicas, es decir, la participación amplia y autónoma de los ciudadanos se
concibe como una pieza fundamental para la regulación, vigilancia de las instituciones políticas, así
como una estrategia básica para incidir e intervenir en el diseño, planeación y desarrollo de las
decisiones públicas (Meyenberg, 1999: 14).