Durante el siglo XVI los tratados se volvieron cada vez menos literarios y más prácticos.
Con esta sistematización de tratados se logró una visión en conjunto de la evolución de
la teoría arquitectónica, redactada en español y elaborada a partir de una
bibliografía, en su mayoría publicada en idiomas extranjeros.
Sebastiano Serlio es el autor del tratado más
influyente a nivel práctico.
En el texto no
se dirige a una
élite culta, sino a
los
constructores
en un lenguaje
sencillo y claro.
Por la simpleza con la que escribió sus
libros tuvo un gran éxito .
Su obra consta de 10 libros.
Órdenes Clásicos
Toscano,
Dórico,
Jónico,
Torintio y
Compuesto.
Hasta el siglo XIX
fuerón la base para
la educación de
todo Arquitecto.
Serlio buscaba
el contraste
entre lo más
sencillo (la
naturaleza) y lo
más trabajado
(la mano del
hombre).
Andrea Palladio
Dejó como
legado una
cantidad de obras
y es difícil
distinguir entre la
influencia de su
tratado, Los
Cuatro Libros de
la Arquitectura,
escrito en 1570.
La casa habitación el de primera
importancia, considerándola el origen de
todos los demás géneros de edificios.
Retoma definiciones de
Alberti y el sistema de los
cinco órdenes clásicos
propuesto por Serlio y
traduce la triada vitruviana
a: utilità, perpetuità y
bellezza.
La mayor parte de su
obra presenta
soluciones a problemas
contemporáneos.
Las funciones exigen
nuevas formas.
Giácomo da Vignola fue el más práctico de los tratadistas del siglo XVI.
En su libro "Regola delli Cinque Ordini
d’architettura" no contempla realmente teoría
de la arquitectura, sino simplemente provee un
sistema sencillo de proporcionar elementos
clásicos.
Con su sistema era fácil
proporcionar elementos
clásicos a partir de un
claro dado.
La Ciudad
Surgieron una serie de esquemas de propuestas de
ciudades ideales, casi todas ellas de forma poligonal
con calles rectas, utilizando retículas o formas
radiales para la traza interior de vialidad.