Se reduce la población analfabeta,
pero con esto no basta, por la
crisis en los modelos de educación,
hay muchas deficiencias en el
sistema educativo.
Así, cada día es mayor la bolsa de
personas técnicamente
alfabetizadas pero que se
encuentran con verdaderos
problemas a la hora de compilar un
documento o de redactar determinado
tipo de escrito.
Por ello que cuando se trabaja en
experiencias de alfabetización, ya sea
en la escuela o en comunidades de
adultos, más o menos formales, sea
importante que el aprendizaje
constituya un auténtica inmersión en
las prácticas de la cultura escrita que
envuelven a la persona, es decir, que
esté ligado a su cotidianeidad.
Ser alfabetizado significa tener la capacidad
de usar la lengua escrita para participar en
el mundo social, en tanto que alfabetizarse
designa el proceso que lleva a la adquisición
de dicha competencia «de manera deliberada
e intencional para participar en eventos
culturalmente valorados y relacionarse con
otros» (Kalman, 2003, 6).
Giovanni Sartori ha
manifestado que el problema de
los media contemporáneos no
está tanto en Internet y las
mutaciones acarreadas en las
prácticas de cultura escrita,
algunas sin duda enriquecedoras;
cuanto en las transformaciones
introducidas previamente por la
televisión en las maneras de
aprender y organizar el
conocimiento..
El problema no está tanto en la tecnología de Internet,
sin duda repleta de posibilidades, cuanto en el desarrollo
de las competencias previas y en el contenido de las
mismas. Si a esto le sumamos la constatada degradación
de la calidad de la enseñanza, a menudo como
consecuencia de políticas educativas carentes de las
inversiones necesarias o laminadoras de lo público
Nuevos soportes y nuevas
prácticas que se añaden a
las conocidas sin necesidad
de reemplazadas.
Desaconsejados en
determinadas situaciones y
para ciertas lecturas pero
útiles y provechosos para
otras
El problema, como siempre, no
está en la tecnología sino en el
uso que de la misma hagamos
La hegemonía
contemporánea de las nuevas
tecnologías nos lleve a
sustituir los esfuerzos en
lectura y escritura por los
multimillonarios planes de
alfabetización informática,
La escritura y la lectura deben
concebirse como actividades placenteras y
al tiempo vinculadas a la utilidad de cuanto
se aprende.
Saber escribir y leer no es una garantía para
proseguir el aprendizaje, sino que es necesario que
la persona comprenda cómo los textos escritos se
insertan en la vida social y se utilizan para fines
sociales, económicos, culturales, ideológicos y polí-
ticos (Ferrero, 1997 y 2001; Lemer, 2001).
Hoy día son muchas las evidencias que
advierten que nos estamos asomando a
la ventana audiovisual o electrónica con
notables carencias en el manejo de la
escritura y de la lectura.
No hay capacidad de
reacción, reflexión o
sentido critico e
imaginativo frente a
la sobreinformación
repetitiva y banal de
la cultura audiovisual
y escrita.
(Calvino, 1993,60). El secreto
está no en negarse a mirar las
palabras escritas, sino
justamente en lo contrario, en
miradas intensamente hasta
que desaparezcan. ¿Será esto lo
que persiguen algunos de los
medios audiovisuales que nos
rodean?
Vivimos en un mundo lleno, invadido, de
imágenes, y ciertamente es oportuno que
aprendamos a analizadas críticamente,
que no demos la espalda a este universo
de comunicación por mucha que sea
nuestra devoción a la cultura escrita.
Nuestros hábitos de ocio están
presididos, en mayor medida, por
las informaciones, conocimientos y
Cultura escrita, educación y nuevas
tecnologías 339 distracciones que
recibimos a través de los canales
audiovisuales.
Los canales audiovisuales
resultan más amistosos,
cómodos y accesibles en la
medida que exigen menos
esfuerzo.
Diferncias entre homo
videns- homo legens, por
ellinguista italiano
Raffaele Simone
1. La modificación del ritmo cognoscitivo, con
dos consecuencias fundamentales: por un
lado, su intensidad, que va del más pausado
de la lectura al más veloz de la visión; ypor
otro, la implicación del sujeto, pues mientras
que en la lectura somos nosotros quienes
controlamos el proceso, en la comunicación
visual estamos obligados a-seguir la
cadencia impuesta por el emisor.
2.. La capacidad de corregir lo que leemos, es decir,
de detenemos a resolver una duda o a repensar una
frase frente a la dificultad de hacer lo mismo cuando
contemplamos una película, por más que las nuevas
tecnologías permitan detener y volver a ver la
misma imagen.
3.° Las referencias enciclopédicas
pues cada texto que leemos
remite a otros estableciendo así
una red de conocimientos, que, sin
embargo, no es tan precisa en el
caso de los productos
audiovisuales, donde no cabe la
misma posibilidad de hacerlo.
4.. Laconvivialidad. Sila lectura
es,en general, poco convivial por
cuanto se suele producir en
soledad y silencio; los productos
audiovisuales se prestan más a
ser vistos en compañía de otras
personas e incluso realizando otra
actividad.
5.. La multisensorialidad, un rasgo
propio de la cultura audiovisual y
menos relevante en el caso de la
lectura donde, fantasía aparte, los
sentidos físicos puestos en
funcionamiento son menos.
6.. La iconicidad. Obviamente la
imagen es más icónica que la palabra
dado que es mucho más explícita la
correspondencia entre el significado y
el significante. Salvo que esté
alt~rada, la fotografía de un niño se
le parecerá siempre más a éste que
cualquier descripción literaria, por
mucho que ésta permita liberar otros
recursos de la imaginación.
7. La citabilidad. Un texto se puede citar, se
establece una relación con él que puede
valemos en otras circunstancias; en tanto
que este rasgo es menos notorio con las
imágenes, aunque también podemos
apoyamos en ellas para formular nuestros
razonamientos.
8. Mabilidad o
amistosidad. Tiene
que ver con la
facilidad del acceso a
cada medio: mayor
cuanto menos
esfuerzo requiera,
como suele acontecer
con muchos de los
productos
audiovisuales