La nutrición enteral (N.E.) es una técnica de soporte nutricional, por la cual, se suministra
una dieta nutricionalmente completa (que contenga proteínas o aminoácidos, carbohidratos,
lípidos, agua, minerales, vitaminas y con/sin fibra) directamente al aparato digestivo.
La sonda puede estar localizada en estómago, duodeno o yeyuno a través de la
vía nasal u ostomías. La mayoría de las sondas pueden ser colocadas a pie de
cama, pero otras precisan técnicas de endoscopia, cirugía o técnicas
radiológicas. La nutrición enteral por sonda no es exclusiva y puede ser utilizada
en combinación con otras modalidades de soporte nutricional: oral o parenteral.
A todos los pacientes con nutrición enteral por sonda se les realizará una
valoración nutricional inicial y un seguimiento continuado y así mismo se les
informará a ellos y/o cuidadores sobre la modalidad de soporte que van a recibir,
los posibles riesgos y el tiempo aproximado que va a durar el soporte nutricional.
Indicación de nutrición enteral
Los pacientes candidatos a la nutrición enteral por sonda son los que
no pueden, no deben o no quieren comer y tienen el tracto
gastrointestinal anatómica y funcionalmente útil y de fácil acceso.
Alteraciones mecánicas de la deglución
Alteraciones neuromotoras de la deglución
Alteraciones de la digestión y absorción de nutrientes
Necesidades especiales de nutrientes
Negación del consumo de alimentos
Vías de acceso en nutrición enteral
El objetivo de esta sección es asegurar que, una vez tomada la decisión de nutrir al enfermo por la vía enteral a
través de una sonda, la vía de acceso que elijamos sea apropiada para la patología que presenta el paciente a la vez
que segura y confortable.
Técnicas no invasivas
vía transnasal: sondas nasogástricas,
nasoduodenales y nasoyeyunales.
Técnicas invasivas
Ostomías: gastrostomía y yeyunostomía,
endoscópica, quirúrgica o radiológica.
Cuidados de enfermería y seguimiento de la nutrición enteral
El seguimiento de la NE tiene por objetivos evaluar la eficacia nutricional de
la prescripción, detectar las posibles alteraciones mecánicas y químicas
originadas por el material y las técnicas empleadas, así como resolver las
complicaciones producidas tanto por la propia nutrición artificial como por la
malnutrición energética y proteica que suelen presentar estos pacientes.
La valoración del estado nutricional se realizará al comienzo del tratamiento
para determinar si existe malnutrición energético- proteica y el grado de la
misma y se repetirá con una periodicidad variable, en función de los
resultados iniciales obtenidos y de la evolución clínica del paciente.
Comprobación de la correcta posición de la sonda mediante radiografía (en su
defecto por al menos dos técnicas indirectas -insuflación de aire y pH metría-)
antes de iniciar la nutrición enteral y antes de cada toma de alimentación
mediante la insuflación de aire y la auscultación a nivel gástrico.
Limpieza de la sonda con agua templada antes y después de cada toma
de alimentación, de la medicación, después de la aspiración de
residuos gástricos, y cada 6 horas en casos de administración continúa.
Es importante tener en cuenta la interacción de los nutrientes con diversos
fármacos administrados conjuntamente con la N.E., pudiendo afectar tanto a
la disponibilidad de los fármacos como a la absorción de los substratos.
Nutrición paraenteral
Es un método de alimentación que rodea el tracto gastrointestinal. Se
suministra a través de una vena, una fórmula especial que proporciona la
mayoría de los nutrientes que el cuerpo necesita. Este método se utiliza
cuando una persona no puede o no debe recibir alimentación por la boca.
La nutrición parenteral es el suministro de nutrientes como: Carbohidratos,
proteínas, grasas, vitaminas, minerales y oligoelementos que se aportan al paciente
por vía intravenosa; cuando por sus condiciones de salud no es posible utilizar las vías
digestivas normales y con el propósito de conservar o mejorar su estado nutricional.
Objetivo de la nutrición parenteral
Proporcionar una cantidad y calidad suficiente de sustancias
nutritivas por vía intravenosa, para llevar a cabo los procesos
anabólicos y promover el aumento de peso en algunos casos.
Mantener un balance positivo de líquidos y nitrógeno
Mantener la masa muscular y proporcionar calorías
para las demandas metabólicas.
Indicaciones de la nutrición parenteral
Estados de malnutrición pre y post-operatorias, íleo, fístulas
entéricas, síndrome de malabsorción, enfermedad inflamatoria
del intestino, disminución del intestino delgado, pancreatitis, etc.
Pacientes con grandes pérdidas de nitrógeno, quemaduras
severas y pacientes que están bajo tratamiento de quimioterapia
y radioterapia.
Pacientes con problemas durante el embarazo (hiperemesis gravídica).
Prematuros y lactantes con impedimentos para la ingestión adecuada
de nutrientes, bajo peso. En estos pacientes el ayuno debe ser máximo
de 24-48 horas.
Pacientes con sepsis, trauma múltiple e insuficiencia renal.
Pacientes con más de 5 días de ayuno o con problemas
neurológicos con impedimento para utilizar el tubo digestivo.
Nutrientes administrados en la
nutrición parenteral
Carbohidratos (dextrosa hipertónica): Cubre los requerimientos
calóricos, permite que los aminoácidos sean liberados para
síntesis proteica (no energética) presentación al 5, 10 y 50%.
Proteínas: Son esenciales en la construcción,
conservación y reparación de los tejidos del organismo,
interviene en las funciones hormonales y enzimáticas.
Grasas: Además de ser fuente de energía, además son
necesarias para la absorción de las vitaminas liposolubles
Electrólitos (potasio, calcio, magnesio y cloruro de sodio):
Proporciona el equilibrio hidroelectrolítico apropiado, transporta
glucosa y aminoácidos a través de las membranas celulares.
Vitaminas: Elementos que carecen de valor
calórico, precursoras de coenzimas.
Oligoelementos: coadyuvan en el
metabolismo corporal.
Cuidados de enfermería de la nutrición parenteral
Realizar el control de líquidos. Indispensable para
diferenciar la ganancia de peso por acúmulo de éstos.
Realizar determinación de glucosurias y cetonurias
cada 6 horas, incluyendo glucemia capilar. Verificar
signos vitales cada cuatro horas.
Disminuir el flujo del goteo de la infusión cuando ya esté por suspenderse,
esto puede ser durante 24 horas, o bien de 4-6 horas cuando el paciente
esté recibiendo carbohidratos por vía oral. Con esta medida se disminuye
el riesgo de que el paciente presente hiperinsulinemia e hipoglucemia.
Es indispensable vigilar deficiencia de minerales,
oligoelementos, vitaminas y exceso de minerales.
Vigilar la aparición de hiper o hipoglucemia, volumen urinario y
trastornos metabólicos para su evaluación y corrección