De la misma manera que un gran fisiólogo
es generalmente un clínico mediocre,
también es muy presumible que un
sociólogo llegue a ser un hombre de estado
muy incompleto.
es sobre todo a través del libro, de la
conferencia, de las obras de educación
popular, como debe ejercitarse nuestra
acción
Hemos de ser sobre todo consejeros,
educadores
conseguiremos mucho más si limitamos en esta
dirección nuestras ambiciones. Conquistaremos mucho
antes la amistad popular cuando no puedan atribuirnos
intenciones personales.
Se ha dicho, que la gente no estaba preparada para entender
a los intelectuales y que la democracia ha sido la responsable
de esa especie de indiferencia política, de la que han dado
prueba los estudiosos y los artistas en los primeros veinte
años de la tercera república.
Pero lo que demuestra la falta de fundamento de esta
aserción es que esta indiferencia ha terminado una vez
que se le planteó al país un problema moral y social de
gran importancia.
La larga abstención anterior se
derivaba por tanto, de la falta de toda
cuestión capaz de sacudir la inercia de
los despreocupados.
Nuestra política se arrastraba
miserablemente por cuestiones
personales.
nos combatía para saber quién
tenía que poseer el poder.
No había una gran causa general a la que poder
consagrarse, un punto de vista elevado al que poder
dirigir los esfuerzos.
Lo anormal era la calma de otros
tiempos.
Y era esa calma la que
constituía un peligro.
Tanto si lo lamentan algunos como si no, el período
crítico abierto por la caída del antiguo régimen no
se ha cerrado ni mucho menos; más vale tomar
conciencia de ello en vez de abandonarse a una
confianza errónea.
Pedagogía y sociología
Las escuelas que se han multiplicado y transformado
materialmente, los métodos racionales que han sustituido
a las viejas modas de antaño, el verdadero impulso que se
ha dado a la reflexión pedagógica
la pedagogía depende de la sociología más
estrechamente que de cualquier otra ciencia.
Y puesto que esta idea está llamada a dominar sobre toda
mi enseñanza, lo mismo que ha dominado hasta ahora
toda la enseñanza similar que he impartido en otra
universidad
en primer lugar es necesario llamar
inmediatamente vuestra atención sobre el
axioma fundamental, que generalmente es
poco conocido.
Se establecía como una verdad evidente que existe
una educación y ma sola, la cual, excluyendo a todas
las demás, se adapta indiferentemente a todos los
hombres, sean cuales fueran las condiciones
históricas y sociales de las que dependen
Puesto que el hombre llevaba en sí mismo todos los
gérmenes de su propio desarrollo, era él y solamente
él a quien había que observar cuando se emprendía la
determinación del sentido y de la manera con que
este desarrollo tenía que ser dirigido.
Es evidente que estas educaciones especiales no están
precisamente organizadas con vistas a un fin individual.
No cabe duda de que a veces ocurre que producen el efecto de
desarrollar en el individuo aptitudes particulares que estaban
inmanentes en él y que no pedían otra cosa más que entrar en acción.