la ética se ocupa de la forma de la sociedad. Debemos
educar e inspirar a los jóvenes para que deseen vivir
en un mundo marcado por la integridad, guiado por el
desinterés y para que estén dispuestos a asumir la
responsabilidad de lograr este objetivo.
Por todo el desarrollo realizado sobre la mente ética,
hemos de concluir con que no existe una fórmula
mágica y única que garantice el desarrollo de esta
mente.
El logro de una mente ética es más fácil cuando uno
se ha criado en un entorno donde el buen trabajo es la
norma. Por ello, podemos afirmar que la orientación
ética empieza en el hogar.
Si en el hogar no hay adultos que encarnen una
conducta ética, si los compañeros de la infancia
son egoístas y sólo se guían por su interés así
como si se tiene un mal mentor o ni si quiera se
tiene
En cierto sentido, las amenazas a la
orientación ética del trabajo son lo
contrario de los factores que motivan el
buen trabajo y por eso son fáciles de
identificar.
Los niños conocen que uno o ambos
de sus padres trabajan. Oyen a sus
padres hablar de su trabajo y ven si se
lo toman en serio.
Lo que importa es tener una
base ética sólida y duradera con
independencia de su origen.