Pequeño burgués de escasos
recursos que pertenecía al
concejo municipal de Tagaste y
era pagano
Agustín desde muy pequeño era muy
inteligente y estudió en Tagaste
hasta los 11 años. Allí aprendió a
leer, escribir y contar. Pero era un
niño rebelde, desobediente y
juguetón
En el año 365, fue enviado a Madaura,
pequeña ciudad universitaria, en
Argelia. En Madaura debía estudiar la
lengua latina con un maestro de
gramática, que les hacía leer y analizar
los escritos de los historiadores y
poetas latinos. Alli tuvo que estudiar la
literatura romana.
Agustín llevará en Cartago una vida
disipada, muy alejada de las
pretensiones de aquella, orientada
hacia el disfrute de todos los
placeres sensibles
Nacido en
354 y fallecido
en 430
en la ciudad
PROFESOR
El año 374, terminados
sus estudios en Cartago,
regresó a su pueblo natal
para
Enseñar y aprender fue
la actividad de su vida.
Aprender para enseñar, y
enseñar para aprender
Despues de la muerte de su gran amigo
que estuvo con el desde la infancias se va
para Cartago , donde abre
En 384 encontramos a San Agustín
de Hipona en Milán ejerciendo de
profesor de oratoria. Allí lee sin
descanso a los clásicos, profundiza
en los antiguos pensadores y devora
algunos textos de filosofía
neoplatónica.
PASOS
en el año 373, encontró unos hombres que le
prometían descubrirle la Verdad. Eran
los maniqueos, una secta fundada por
Manes, que, en aquel tiempo, estaba
muy extendida en el norte de África.
su preocupación por el problema
del mal, que lo acompañaría toda
su vida, fue determinante en su
adhesión al maniqueísmo, la
religión de moda en aquella
época. Los maniqueos
presentaban dos sustancias
opuestas, una buena (la luz) y otra
mala (las tinieblas), eternas e
irreductibles.
La lectura de los neoplatónicos,
probablemente de Plotino, debilitó las
convicciones maniqueístas de San Agustín y
modificó su concepción de la esencia divina y
de la naturaleza del mal
Se dedico a los estudios de
que le mantuvieron en la
ilusión de haber
encontrado la buena
senda
Dos años después, la
convicción de haber
recibido una señal divina
En 387
se consagró
definitivamente al servicio
de Dios. En Roma vivió un
éxtasis compartido con su
madre, Mónica, que murió
poco después.
En el 391 fue ordenado sacerdote
en Hipona por el anciano obispo
Valerio
Tras la muerte de Valerio, hacia
finales del 395, San Agustín fue
nombrado obispo de Hipona